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miércoles, 14 de agosto de 2019

The Hateful Eight: Asesinos maduros en son de claustrofobia



The Hateful Eight: Asesinos maduros en son de claustrofobia

Tras el éxito sin precedentes de "Django Unchained" (2012) Quentin Tarantino decidió continuar con uno de sus géneros favoritos: el western. Si bien en esta ocasión, el estofado le saldría completamente diferentes. Hasta la fecha (y sin contar el próximo estreno de "Once Upon a Time in... Hollywood" (2019)) es la película más reciente del realizador y sin embargo, una de las menos conocidas e incluso infravaloradas. Y como curiosidad, la primera que incluye más de dos palabras en su título.
"The Hteful Eight" o como fue titulada en España, "Los Odiosos Ocho" se remonta al año 2014. Quentin Tarantino deseaba rodar otro western, esta vez en 70 mm, en la que un grupo de desagradecidos se veían obligados a pasar un tiempo encerrados a la fuerza en una mercería. Sin embargo, durante aquel año y tras finalizar el guión, este se filtró en internet. Consternado por la noticia y señalando a algunos de sus amigos más cercanos como Michael Madsen y Tim Roth, Quentin aseguró que ya no rodaría le película y que continuaría otros proyectos. Para suerte de todos, la lectura del guión en un teatro de Los Ángeles y la insistencia de Samuel L. Jackson le hicieron retractarse de su decisión. A pesar de ello, cambió ciertos detalles de la trama y el final de esta.


Por lo tanto, Quentin reanudó la película, que se comenzó a rodar a finales de ese mismo año. Para el elenco, repitieron casi todos los que leyeron el guión en el teatro: Samuel L. Jackson encabezaba el reparto con su Major Marquis Warren, seguido por Kurt Russell y Walton Goggins como "los buenos" de la película: en el otro bando, Tim Roth y Michael Madsen repetían tras más de 20 y 10 años respectivamente sin participar en alguna de sus películas. Demian Bichir y Bruce Dern completaban el elenco principal, al que se sumaban de forma secundaria James Parks y Channing Tatum. Para la villana de turno, la escalofriante Daisy Domergue, Quentin hizo un amplio casting del que salió escogida Jennifer Jason Leigh. La produción a cargo de "The Weinstein Company" aportó la insginificante cifra de 44.000.000 $ en comparación a sus anteriores películas.


El argumento y la trama es sencilla, pero desarrollada con una maestría envidiable: un cazarrecompensas detiene a una diligencia para escapar de una tormenta de nieve. En ella viajan otro cazarrecompensas y su víctima, una sanguinaria mujer por la que ponen un precio de 10.000 $. Por el camino recogen a un tercer hombre que dice ser el sheriff del pueblo al que se dirigen, pero como la tormenta los consumen, deben detenerse un par de días en una mercería con una serie de personajes tan diferentes como cómplices...
En sí la trama es similar a "Reservoir Dogs" (1992) y vuelve a diseñarse un exhaustisvo análisis de personajes, para concluir con la idea de que no son tan diferentes como parece.
Una película de 167 minutos en la que la acción se desarrolla en la última hora, el punto fuerte ha de ser el guión, que recae, obviamente, en los diálogos: Quentin Tarantino demuestra con esta película que puede narrar una historia extremadamente intensa solo con el poder de la palabra, resuelta con una madurez sorprendente. Los diálogos de pollas en canciones y nombres de hamburguesas se quedan muy atrás para dejar paso a las narraciones de batallas que solo los más entendidos conocen, el racismo presente en la cultura americana desde tiempos inmemoriables y la justicia y todo lo que la concierne. Nadie entiende nada, pero no podemos dejar de escuchar o de mirar a la pantalla porque resultan tan atrapantes los diálogos como claustrofóbica la situación. Así mismo, los personajes van trazando sendas entre ellos para descubrir quién les traicionará y en quién puede confiar, y a pesar de sus diferencias, en los momentos más difíciles se alían para proteger sus respectivos culos. Todo ello sin usar una única bala hasta que se vuelve necesario. Es reseñable la dirección de actores de esta película, tal vez la mejor de toda su filmografía: es toda una sincronía de un sangriento ballet. Cada uno de los intérpretes devora su personaje, sobresaliendo, claro esta, Jennifer Jason Leigh, quién fue nominada a mejor actriz de reparto por su actuación (la mejor villana de la carrera de Quentin Tarantino, desplazando a la mortífera Elle Driver de "Kill Bill" (2004)). Kurt Russell y Samuel L. Jackson aportan unas actuaciones envidiables, destacando este último con un intenso monólogo sobre el hijo del personaje de Bruce Dern, quién tal vez resulte el más entrañable de los personajes al demostrar un atisbo de amor y pesidumbre ante el horroroso final de su muchacho. En unos momentos retomaremos esta escena.
No he sido el único que ha visto cierto comportamiento del Dr. King Schultz en el papel de Tim Roth, aunque no le libra de elogios por su deplorable caballero inglés que en realidad es un psicópata. La frialdad de las ejecuciones del vaquero de Madsen son los puntos fuertes de su personaje y la intensidad de Demian Bichir recae en su solitaria figura. Otro de los reyes del reparto es Walton Goggins, al diseñar un burlesco y resentido sheriff sureño que cambia completamente su posición con el transcurso de los acontecimientos, creando el mejor personaje de su carrera.


La película cuenta con ciertas escenas verdaderamente impresionantes, en cuanto a guión y rodaje. Saltando los maravillosos planos nevados de Wyoming, hay una escena en particular que me apasiona, y es la anécdota del Mayor Marquis sobre como el hijo del hombre que tiene en frente le mamó la polla hasta morir (literalmente). Esta escena desprende una intensidad en el suspense con la que se desarrolla que se enclava principalmente en los cruces de miradas de sus protagonistas; dos figuras antagónicas, unidas por una guerra y una misma persona. La inserción del flashback para apoyar la historia del personaje de Jackson es sobrecogedor, en un paraje helado, congelado, frío e intenso donde la muerte negra resalta en el blanco de sus tierras. 
Otras grandes escenas de la película resultan la llegada de los cuatro asesinos a la mercería esa misma mañana, el envenenamiento del café y la escena final, con la ejecución de Domergue y la lectura de la carta de Lincoln. En si, esta carta funciona como un mcguffin (al más puro Hitchcock) que establece conflictos y resoluciones entre los personajes.
Un gran añadido a estas impresionantes escenas es la magistral BSO, la primera original de Quentin, compuesta enteramente (a excepción de las canciones líricas como "Apple Blossom" o "Now you´re all alone", que se insertan de manera espectacular) por el genio italiano Ennio Morricone, quién había cedido algunas de sus piezas a "Inglourious Basterds" (2009) y "Django Unchained" (2012) que le hizo valedor del primer óscar en su carrera, sin contar el honorífico.
La fotografía de Robert Richardson también es un gran añadido. De hecho, creo recordar que leí una vez que la temperatura de la mercería se bajó a cero grados para que las sensaciones que experimentaran los actores fueran reales y el vahó y demás elementos fuesen más sencillos y realistas de captar. La película logra con todo una sensación de clastrofobia total... ¿Se imaginan pasar una sola noche con estos tipos?


Otra anécdota que concierne al rodaje es que, la guitarra que el personaje de Leigh toca tenía más de 100 años de antigüedad y fue prestada por un museo. Todo el equipo sabía que la escena se debía cortar cuando Russell iba a romper la guitarra para sustituirla por una falsa. Bueno, todos no, Russell no. Quentin no se lo advirtió y siguieron rodando, así que la reacción de Leigh no se refiere al mero hecho de romper la guitarra, sino a romper más de cien años de historia... Cosas de Tarantino.
Con todo lo dicho, solo podemos poner como pegas que tal vez sea una historia demasiado larga, que, como le venía sucediendo, se atranca al final y que además no cuenta con el encaje de la acción con el diálogo, posponiendo la primera para la recta final.
Pero por lo general, puede que esta sea una de las mejores películas del realizador, o por lo menos, la más infravalorada. Supone un thriller total a medio camino de su ópera prima y "The thing" (1982) y tintes de Agatha Christie. Además, la estructura por capítulos retransmite a una obra de teatro, lo que otorga esa sensación de, perdón por la redundancia, teatralidad. La película también funciona como un recopilatorio de todo por lo que se caracteriza su carrera, estructurado de forma que compone una nueva y única película; una obra magna, impresionante, que al igual que "Jackie Brown" (1997, y a pesar de no compartirlo) se revalolizará con el tiempo.

Ahora solo queda, esperar a mañana.
Pibón del Barroco

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