El éxito cosechado por nuestro amigo Quentin con "Pulp Fiction" (1994) supondría solamente el inicio de una carrera de éxitos como iremos viendo, pero hoy no es el turno de uno de ellos.
Tras ganar la Palma de Oro en Cannes (reconocimiento que ha intentando repescar este año con nulos resultados) y una serie de numerosos premios entre los que destacan un Óscar (a pesar de sus siete nominaciones) Quentin se veía a si mismo como un dios entre los cineastas, compuesto de una mente fílmica perfecta y un absoluto don para crear obras singular y completamente éxitosas. Salvador del cine independiente, Quentin pareció querer seguir su camino en vez de brindar al público que le había hecho popular un filme similar a los que ya había estrenado. En si no podemos reprocharle nada, pues Quentin siempre ha seguido una senda muy propia que en rara ocasión a prestado atención a las peticiones de las masas. En si, esa característica aporta a su cine un plus+ de personalidad que no muchos otros cineastas poseen (¿Oliver Stone tal vez?) pero que en las navidades de 1997 le hizo tocar fondo.
Nuestro hombre no solo se alimentó de cine durante su infancia; también y aunque su ortografía indique lo contrario era un ávido lector. Entre sus novelistas favoritos sobresale Elmore Leonard, un escritor de relativo éxito en el mercado americano con una estrecha relación con el cine y la televisión. De hecho, el pequeño Quentin fue detenido por robar a los 16 años una de las novelas de dicho autor.
Con todo, en 1995 Quentin se decidió por adaptar la novela "Rum Punch" como homenaje a su autor. La obra no difiere en exceso de la novela, resultando el juego de diálogos similar, pero de eso hablaremos más tarde. Ahora, me detengo a comentar que con esta película Tarantino buscaba consagrarse como cineasta excelente, capaz de dar vida y forma a cualquier idea escrita o imaginada.
Nada más lejos de la realidad, la película nacida a raíz de las palabras de la obra de Leonard resulta uno de los puntos más bajos de la carrera del cineasta, aunque, a decir verdad, la película ha envejecido bastante bien. En estos momentos se está reivindicando la importancia del filme y la apelación del calificativo de "obra maestra". En unos instantes otorgaré mi opinión al respecto.
La película nace como un claro homenaje al subgénero del "blaxploitation" que se hizo sumamente popular en EE.UU entre los años setenta y noventa. Este género mezcla el erotismo, las armas y la acción de la mano de únicamente personas de color, de hecho, el término significa "explotación negra" y estaba dirigido a un amplio público, no solo a gente negra, como en su origen cincuentero resultó ser. De la mano de este subgénero nacieron mínimas obras maestras (más que nada por su peso cultural) como "Coffy" (1973), "Sheba, Baby" (1975) o "Foxy Brown" (1974), todas ellas protagonizadas por la venus negra: Pam Grier. Por lo tanto, la elección de la dama para protagonizar "Jackie Brown" no resultó arbitraria. El resto del elenco lo conforman Brigdet Fonda, Michael Keaton, Robert de Niro, Samuel L. Jackson y el televisivo Robert Forster. Ninguno a excepción de Jackson ha vuelto a trabajar con Quentin Tarantino.
La idea de un homenaje al subgénero de negros fue infundida en la mente de Quentin no porqué el libro tratase de ello (la protagonista es blanca y no se apellida "Brown" sino "Burke", ahora que el lector ávido busque el porqué del cambio de apellido) sino porque el consideraba que se lo debía a una corriente que tanto le había hecho disfrutar y que sus actores favoritos de joven (Grier, Forster o De Niro) lo merecían. De todas formas, ese aspecto resulta inverosimil pues Quentin siempre dió y da prioridad a la gente negra en sus obras (recordemos que con esta película, tres de sus ocho filmes son protagonizados por gente negra).
Lamentablemente, la introducción de gente negra se aproxima más a una serie de esteriotipos que a una intervención cultural. Parece que gran parte del diálogo de Jackson se basa únicamente en recalcar que los negros de su alrededor son negros, y no con la gracia o soltura que usa en "Pulp Fiction" (1994) o "Django Unchained" (2012) sino con un sentimiento de superioridad en cierta medida acorde a su personaje pero que acaba resultando pesado, como la mayor parte del diálogo de esta obra.
No me malinterpreten, la premisa y desarrollo de la trama es cuanto menos, interesante y con cierto gancho, pero como vimos en "Pulp Fiction" (1994) hay un fallo de diálogos: no son diálogos forzados en cierta manera, puesto la mayor parte de personajes se desenvuelven en ellos y ayudan a trazar en cierta manera su personalidad (salvo la del silencioso Louis) pero si que no son lo suficientemente ligeros como para atraer la atención del espectador. Verdaderamente, parecen calcos de los escritos por Leonard. Error garrafal, Quentin, que los espectadores nunca te reconoceremos: esa falta de originalidad que para bien o para mal (ejem, "Grindhouse: Death Proof" (2007)) no volvera.
Completan el reparto una serie de personajes puramente superficiales. En diversas ocasiones, Quentin ha resultado que esta obra es un estudio de personajes, pero a excepción del interpretado por Robert Forster y el de Pam Grier, del resto poco podemos estudiar. Recalcaré una y mil veces que el estudio de personajes se desarrolla en "Reservoir Dogs" (1992) por encima del resto de sus obras.
Veamos, Jackie Brown narra la historia de una azafata entrada en años que transporta en sus vuelos dinero para un traficante de armas, Ordell Robbie, que vive junto a su "amiguita" Melanie y su compinche Louis. En uno de sus viajes, Jackie es detenida por la policía y se inicia así un juego a cntrarreloj para entregarles a Ordell y quedarse con medio millón de dólares con la ayuda del fiador Max Cherry.
El cartel promocional del film reza "Seis jugadores tras medio millón de dólares... Solo una pregunta, ¿Quién juega con quién?" nada más lejos de la realidad, pues dos de ellos no poseen el mínimo interés en el dinero. Hablamos de los personajes de Fonda y De Niro. El personaje de Fonda no parece un reto para ninguna actriz al tener que estar tumbada en practicamente toda la película. además de ser un intento barato de copia sensual del personaje de Thurman en el anterior film del director, por lo que no daré más importancia a un personaje que no la tiene. El de De Niro resulta con claridad el mejor personaje de la obra, un personaje callado la mayor parte del tiempo, lo que se agradece en una obra en la que sobran las palabras. Lamentablemente el personaje de De Niro no aparece el tiempo suficiente como para cogerle el gusto, por lo que su participación resulta más bien una mera intervención que no es ni magistral ni decepcionante. Simplemente, esta ahí. Hay que admitir, sin embargo, que ambos personajes protagonizan la escena más divertida y "Tarantiniana" de la cinta, cuando él la mata a ella.
Michael Keaton podría haber deslumbrado más, pero me conformo con que un actor infravalorado como él tenga un papel bastante interesante en la cinta menos interesante de Quentin. Chris Tucker también realiza un pequeño papel, siendo este otro de los breves y espontáneos momentos estrella de la cinta. Indudablemente, Robert Forster realiza el papel de su carrera pero es incómodo verle tanto tiempo con gesto de indiferencia. La expresividad no es lo tuyo, Robert.
El de Pam Grier es la metáfora del argumento secreto en la obra, la vejez: ciertos personajes entablan conversación sobre esto que a su vez es un guiño a la desaparición del "blaxploitation" y sus estrellas, como Grier.
Con todo, la película supuso una inimaginable decepción que hizo a Quentin retirarse durante siete años. A pesar de ello, no se abstuvo de que ciertos críticos la calificaran como su obra más "madura" o su mejor cinta, opinión que niego en rotundo. Si bien no resulta una mala película en general, decepciona al compararse con el resto de su filmografía. El espectador no conecta con los personajes, los diálogos no atrapan y el supuesto estudio de personajes es meramente eso, una suposición.
La traca final del filme es narrada desde tres puntos de vista diferentes, tal vez lo más interesante de la naracción fragmentada que tanto caracteriza al director. Sin embargo, el momento hasta el intercambio de dinero resulta confuso y acelerado, para acabar con unas escenas sórdidas e insípidas tras el intercambio. Otro de los detalles del filme es la escasa violencia: nueve disparos y cuatro víctimas.
Para nosotros, los espectadores españoles, hay un pequeño guió al final de la cinta, cuando Jackie le comenta a Max que ahora se marchará a Madrid, España, y que "no cenamos hasta la media noche". Tal vez la gracia sea un agradecimiento al éxito que tuvieron aquí sus anteriores películas. Aunque es cierto que Quentin gusta de las referencias geográficas, como el lugar al que van a huir Butch y Fabienne o en este mismo film, la taza de Albania.
Si bien la vejez es el argumento oculto del filme, es innegable que con los años mejora. Cada vez que Quentin Tarantino asienta su nombre un poco más en la industria, sus obras menores recobran fuerza. Tal vez algún día sea esta mi película favorita, pero hoy por hoy, no.
Pibón del Barroco
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