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viernes, 30 de agosto de 2019

Mis 10 comedias favoritas

¡Hola!

La comedia. Que tan maravilloso género, ¿Quién no disfruta desconectando un rato la mente y riendo por todo lo alto con diálogos cargados de nerviosismo, situaciones incoherentes y personajes absurdos?. Poco valorada por la crítica especializada, la comedia está tan ligada a la historia y al propio ser humano como la vida misma. El nacimiento de la comedia fue fruto del teatro, y hasta día de hoy el género parece inagotable. Por eso hoy, en honor a tan desternillante obra de arte, os traigo una lista con mis comedias favoritas. Huelga decir que he evitado introducir películas como "La vita e bella" (1997) o "Back to the future" (1985) porque si bien contienen tintes de comedia, son mayoritariamente películas de otros géneros. Tampoco habrá obras de comedia negra pues se las asocia mayoritariamente con el thriller y el crimen, así que olvidemonos por un momento de Tarantino. Con todo, he aquí mis diez películas cómicas favoritas:


10
  LOS PALOMOS (1964, Fernando Fernán Gómez)
Agudísima comedia surrealista para nuestro tiempo, y posiblemente punto álgido de la comedia negra en su día; el matrimonio Palomo es invitado por el jefe de él, Don Alberto, a una cena, con el propósito de inculparles en un asesinato. Puede que no haya trascendido con el paso de los años, pero este film basado en la obra de teatro de Alfonso Paso (como bien nació la comedio) si se mira con los ojos del pasado supone una total catarata de risas en lo referente a la trama, las situaciones y por suspuesto, todo lo Lopez Vazquiano que desprende la cinta.

9
EL MILAGRO DE P. TINTO (1998, Javier Fesser)


Y como sé que esta película es odiada más que amada, prefiero dejarla al final del top para evitar malentendidos entre mis lectores: la surrealista historia de un matrimonio que nunca pudo tener hijos se ve irrumpida por la llegada de un gigante bonachón escapado de un hospital pisquiátrico, y qué, con ayuda de dos marcianos, intentará viajar al pasado para salvar a su madre. Y cómo nos lo demostró el año pasado, Javier Fesser es capaz de seguir haciendo grandes películas, como la "Goyesca" (en referencia al premio) "Campeones" (2018), otra oda al humor simpático y bonachón.

8
SUPERBAD (2007, Greg Mottola)
Fórmula infalible desde entonces, la historia de dos adolescentes absurdos es ya un tópico del cine y esta su obra cumbre. Para finalizar el insituto, Seth y Evan tienen la misión de conseguir alcohol para una fiesta: McLovin, polícias incopetentes, mujeres y sobretodo intentos frustrados de sexo es lo que mueven la historia de nuestros dos incopetentes héroes. Su "sucesora", Good´s Boy´s no es menos que esta y bien podría formar parte de otro top de grandes comedias.

7
THE GOLD RUSH (1925, Charles Chaplin)


El lenguaje universal es la falta de este, por lo que todo aficionado al cine debería tener una película muda en su lista de comedias favoritas. Aquí no encontrarás ni diálogos ni sexo ni drogas, pero si golpes, caídas y un sinfín de simpáticas situaciones protagonizadas por el inmortal Charles Chaplin, ¡Qué hermoso fue (y es) el cine! 
Y viendo donde coloco a esta película respecto a las siguientes, parece que mi Top Mis 10 películas favoritas PARTE II va a requerir algún ajuste... ya veremos...

6
SAGA THE HANGOVER (2009, 2011 y 2013, Todd Phillips)


Tres películas desternillantes, cada una va más allá, y cada una es mejor que la otra aún siendo las tres magníficas. Imposible elegir una aunque su patrón se repita: borracheras incontrolables, animales salvajes, personas desaparecidas, heridas, drogas y un chino esquizofrénico. Las risas son incontrolables con las secuencias que protagonizan los tres personajes principales en busca de la verdad.

5
THE WOLF OF WALL STREET (2013, Martin Scorsese)
Entramos en una fase arriesgada y que mejor que con la brutal apuesta cómica de Scorsese: "The Wolf of Wall Street" (2013) es la brutal historia de un estafador tan descarado como Jordan Belfort, y aunque DiCaprio se encasilla demasiado en personajes excéntricos es imposible no admirarlo cuando se enfunda ese carísimo traje (papel por el que merecía más el Óscar© que por "The Revenant" (2015)). Y para redondearlo todo, un Jonah Hill espectacular. Como me gusta ese tío.
4
 SAGA HAROLD & KUMAR (2004, 2008 y 2011, Danny Leiner,
¿Que clase de odisea puede desarrollar la búsqueda de una hamburguesería? Una que dura tres películas y no decae en ningún momento: las desventuras que sufrieron un chino y un indio en Estados Unidos por el mero hecho de querer cenar unas hamburguesas han traspasado los años y aunque jamás hayas visto la película sabes que existe y que aquí se llama "Dos colgaos muy fumaos", un título aunque no acertado si llamativo desde luego.
3
SAGA TORRENTE  (1998, 2001, 2005, 2011 y 2014, Santiago Segura)


Puede que no te guste, que te de asco o incluso que lo odies, pero Santiago Segura ha hecho historia del cine con su personaje Torrente que incluso Oliver Stone quiso adaptar en Estados Unidos con Robert De Niro en el papel principal. José Luis Torrente es el héroe que nadie necesita pero todos queremos. Aunque su saga ha tenido altibajos, es imposible negar que su última película recuperó lo mejor del origen de este singular polícia. Por suerte, Santiago Segura ha confirmado que tiene planes para un "Torrente 6" y ojalá sea verdad porqué... cinco películas, me parecen pocas la verdad. ¡Amén y larga vida a José Luis Torrente!

2
THE BIG LEWOBSKI (1998, Hermanos Coen)

Otro film amado y odiado a parte iguales. Algunos no le ven la gracia, pero simplemente con los elaboradísimos personajes desarrollados por los Hermanos Coen y encarndos por Bridges, Goodman y el resto del elenco te desternillas. Un trasfondo criminal y una estética que ha marcado desde su estreno, el personaje de esta cinta ha sido figura central de festivales de cine en su honor, reuniones y asambles, una filosofía de vida e incluso ropa. Lebowski es parte de lo mejor del cine de comedia y merece ser recordado como uno de sus mejores referentes.

1
 MONTY PYTHON´S LIFE OF BRIAN (1979, Los Monty Python)

El que me conozca sabrá lo que me fastidia poner a unos ingleses en primer puesto, pero es que ellos podrían ocupar toda la lista con su obra, aunque indudablemente solo una el primer puesto y ese es totalmente merecido por la inmejorable "Life of Brian" (1979), una comedia inmortal que desde su primer momento supuso un antes y un después: el surrealismo, el humor y la crítica con el que tocan el origen del Cristianismo es simplemente espectacular, y cualquiera diría que esta película pudo haberse quedado a muy poco de ser un total estropicio, pero sin lugar a dudas se conviritió en una obra maestra de absoluto culto. Desde aquí, mi eterno amor y agradecimiento a los Monty Phyton. Esto es comedia señores, y lo demás, tonterías.

Y con esto nos despedimos por hoy queridos amigos. Lo mismo me animo a repetir esto con otros géneros cinematográficos. No sé, lo pensaré. Por el momento podeís echaros unas risas viendo estas películas o si no, compartiendo este post. Pronto nos volveremos a ver.

Un saludo.
Pibón del Barroco.

viernes, 16 de agosto de 2019

(SPOILERS) Once Upon a Time in... Hollywood: La magia del cine

ADVERTENCIA: Plagado de spoilers. Estrenaron ayer la película, por lo que mucha gente puede que no la haya visto todavía. Abstenerse a leer la crítica entonces.

 
Once Upon a Time in... Hollywood: La magia del cine
Tras unos tres años y medio nos ha llegado por fin la nueva cinta de Quentin Tarantino: una película que funciona más bien como un trabajo de homenaje que como una historia. La clara demostración de que estamos ante el mejor director de la historia. Una cinta ágil, entretenida y visualmente espectacular. Peca la falta de "Tarantinismo", por lo que se convierte en su película más distante, personal y comercial. Sin embargo, es una puerta a la esperanza y a la gloria. Todo es posible... en la ciudad de las ilusiones.


El proyecto de "Once Upon a Time in Hollywood" nace a mediados del año 2017, cuando Quentin confiesa estar escribiendo un guión basado en los crímenes de la familia Manson (una secta hippie y psicópata que causo furor en los años 70 de EEUU). Poco a poco, el proyecto va recopilando nombres, entre los que figuran los de sus protagonistas: Leonardo DiCaprio y Brad Pitt. El primero, llevaba 4 años sin rodar una película desde que le concedieron el óscar por su sobrevalorada actuación en "The Revenant" (2015), mientras que el segundo ha rodado un par de películas, un documental y algún cameo en una famosa cinta sobre un superhéroe torrentino. Bastante más ocupado y bastante mejor actor que DiCaprio, en mi opinión. El reparto se fue completando poco a poco con los actores Timothy Olyphant, Damian Lewis, el tristemente fallecido Luke Perry, Dakota Fanning y otros que no hacen más que meros cameos en la película. El plato fuerte son Margott Robbie en una acertada y silenciosa Sharon Tate y Al Pacino como promotor de la carrera del personaje de DiCaprio.
De la filmografía recurrente de Quentin repiten en simpáticos cameos Kurt Russell (que hace las veces de narrador), Zoë Bell, Michael Madsen y Tim Roth, aunque su participación finalmente fue cortada.
La cinta comenzó a rodarse el verano pasado y desde entonces ha sido objeto de un boom promocinal por parte de la productora y los actores. Una sola foto en instagram y DiCaprio se llevó más de dos millones doscientos mil "likes":


La película tiene mucho para desarrollar, aunque diré que solo la he visto una vez, así que os hablaré desde una primera impresión. Confió hacer un visionado más en el cine antes de que salga en DvD (navidades, claro):
Nadie en su sano juicio diría que estos dos actores se parecen. Quentin sí. Además, que uno es actor  y otro su doble. Y con esa premisa arranca la película: Rick Dalton (Leonardo) en un actor de televisión que busca algo más allá, pero su única expectactiva es rodar coproducciones italo-americanas en Italia. Por su parte, Cliff Booth (Brad) es un doble y especialista de acción, que ante la falta de trabajo le hace las chapuzas caseras a Rick y cobra por ello. Juntos o separados, se mueven por el tumultuoso Hollywood de 1969, ante la atenta mirada de despóticos directores de cine, millonarios egocéntricos y hippies piscópatas. 
He ahí la premisa del film, como siempre, simple. El caso es que a diferencia de sus otras películas, la premisa del film y todo su desarrollo es, simple, sencillo, al más puro "Django Unchained" (2012) pero con unos resultados espectaculares (ahora comentaremos).
La película se divide en dos partes totalmente independientes y ágiles, entretenidas y al estilo "Reservoir Dogs" (1992) pues incluyen flashbacks, pequeñas historias y saltos temporales mínimos. Olvidemonos del Tarantino que que fragmentaba sus obras hasta el máximo.
La primera parte y la de mayor duración (unas dos horas) nos presenta al dúo, una noche, que ambos entran a un garito para que Rick se entreviste con el productor que interpreta Al Pacino. Tras ello y un viaje en coche, la película nos muestra a ambos realizando sus habituales tareas nocturnas (unos whiskys o unos macarrones, adivinad quién toma el qué) en una escena en la que podemos denotar un guiño a "The Hateful Eight" (2015). Ya, al día siguiente, a pesar de que sus vidas están enlazadas, no volverán a verse las caras hasta que finalize la velada, cuando ambos visionaran "F.B.I" en casa de Rick.
Durante este primer tramo del filme pasan muchas cosas y nos damos cuenta de otras tantas: la película es una auténtica delicia visual, en la que apreciamos el Hollywood de 1969 en todas sus formas (hogares, decorados de cine, la ciudad, los coches...). Diseño de producción: 10. Es durante esta parte que se desarrollan dos historias que eclosionaran en la segunda parte de la película.
Por un lado, la carrera de Rick, que va tomando forma, con la interpretación de un villano en un film del western. Aquí presentes las actuaciones de Timothy Olyphan y Luke Perry, el segundo, en un minúsculo papel que parece insultante a su memoria. Ellos dos sin embargo, solo forman del contexto cultural-cinematográfico en el que se mueve el personaje de DiCaprio, por lo que, viendolo bien, aunque ridiculas, sus participaciones son justas y esenciales para entender el desarrollo de la capacidad actoral de Rick. Por la otra cara de la moneda, Cliff, después de una chapucilla en casa de Rick, da una vuelta con su coche y recoge a una hippie que lleva al rancho Spahn.
Antes de hablar de esa secuencia, quisiera detenerme en otra que me ha parecido una verdadera joya y lo más Tarantiniano de la cinta: la pelea contra Bruce Lee y la discusión con el personaje de Russell y Bell. Desternillante. Veanla, por favor.
La secuencia en el rancho es tal vez de lo mejor que ha rodado Quentin (junto a la pelea de los 88 maniácos y la escena de la cabaña con Landa): se respira terror. Pavor. Miedo absoluto ante lo que se encontrará el personaje de Pitt en la casucha donde se debe hallar el viejo Spahn. El conjunto sectario que forman los hippies es terrorífico, hasta que por fin, Pitt se lia a ostias. Olé sus cojones, en otra secuencia puramente Tarantinesca.


Ahora, la segunda parte y desenlace de la anterior: tras unos seis meses rodando películas en Italia (y en Almería), Rick y Cliff vuelven a Hollywood, a pasar una última noche de borrachera antes de que Rick despida a Cliff por exigencias de su esposa. Por la noche y mientras Cliff saca a su perra a pasear mientras se fuma un cigarrillo bañado en ácido (que nos dejará un Brad Pitt magistral), Rick amenaza a unos hippies que no son ni más ni menos que miembros de la manada de Manson y se dirigen a casa de Sharon Tate.
Obviamente, no acaban en esa casa y se meten en la de Rick, donde Cliff, con una lata en la mano y un silbido a su perra, se carga a dos de ellos en la única escena violenta de la película, ¡pero que escena!, después de que una huya y caiga en la piscina, Rick se apresura a por su lanzallamas y... Bueno, el cine hace su trabajo. Puro Tarantino en esta escena, mezcla de violencia y humor completamente loco, con unas líneas de díalogo articuladas por unas gesticulaciones majestuosas de ambos protagonistas.
Y el film acaba como todos queremos que acabe: Rick conociendo a Sharon Tate.
Aunque no lo parezca, hay dos figuras muy importantes en la película que apenas se las ve: la primera, la de Sharon Tate, cuyas mayores participaciones se ejecutan en un cine y en una serie de escenas sin diálogo: un homenaje a la actriz como pocos sabrian hacer. Y como bien me han dicho hoy, Tarantino la recuerda no por lo que la pasó, sino por lo que hizo. 
La otra figura es Charles Manson: todos esperabamos verle, dirigir la secta, liarse a los puños con Brad Pitt... Pero aparece conduciendo una furgoneta de helados y preguntando por unos viejos amigos. Si no te lo dicen, no piensas que es Manson

La película, como he dicho antes, es el film más diferente de Tarantino: no hay largas conversaciones sobre temas mundanos, no hay una violencia exagerada y sumamente cómica (cómica sí, pero exagerada no), no hay personajes obscenos... Es un culto al cine. Presenta a una pareja protagonista normal, común en el mundo del celuloide. Nos muestra a actores y directores como tal, los problemas de la escalada en el cine. Puede que, con "Jackie Brown" (1997) y "Death Proof" (2007) esta película cierre una trilogía de homenaje a lo extinto (el blaxpoitation, la serie Z y la edad de oro del cine) con la diferencia de que es una obra mucho mejor y más hermosa.
La película a pesar de su falta de Tarantinismo se hace ágil, entretenida y ligera. No sobrecarga ni te hace exasperar, no te dan ganas de abandonar la sala, te conviertes en un visitante al Hollywood dorado. Tarantino te coge de la mano y te invita a rodar con él.
Las actuaciones son geniales. En especial Pitt, que se devora a DiCaprio. Al Pacino y Robbie nos brindan los momentos suficientes para que no se sobreexploten y acaben agotando. Las participaciones del resto del elenco, divertidas, en especial Russell, Madsen, Bell y la pequeña Julie Butters.
Así mismo, la película se compone de una sucesión de escenas en un patrón DiCaprio - Pitt - Robbie que varía en ciertas ocasiones. Completamente diferente a lo habitual de Quentin.
Un aspecto que creo tener que criticar con dureza es la narración: hemos visto como este recurso se ha utilizado para puntualizar detalles (las películas de Nitrato en "Inglourious Basterds") o para advertirnos sucesos que hemos dejado escapar (el envenenamiento del café en "The Hateful Eight") pero aquí supone una excusa simple y sucia para dar saltos temporales enormes. 
La BSO es excelente, muy bella, con tema verdaderamente pegadizos y emocionantes, como el que suena cuando Rick Dalton entra en la mansión de Tate.
Con todo, sacamos en claro que la belleza de "Once Upon a Time in... Hollywood" reside en el amor que profesa Tarantino por el cine, y la meticulosidad con la que se desarrollan los rodajes y las escenas más cinematográficas, en las actuaciones, todas, estelares y en la agilidad y ligereza del desarrollo de una película más al estilo de "Django Unchained" (2012) o "Pulp Fiction" (1994). Peca su guión, en el que escasean esos díalogos que tanto nos gustan, y la violencia, aunque luego compensa de alguna forma en el final.
No creo que sea una de sus mejores películas, pero tampoco un paso intermedio. Por todo lo dicho, se queda a la mitad.


Aunque admito que me lo pasé de puta madre viendola. Las cosas como son.

Pibón del Barroco

jueves, 15 de agosto de 2019

Tarantino... ¿Y ahora qué?


En este blog durante los últimos días he decidido revisar la filmografía completa de Quentin Tarantino para realizar análisis sobre sus obras. Si bien, está calro que para mí es una figura de inspiración, que admiro y me apasiona, no la he librado de las críticas más duras o de un análisis objetivo en cada película. Si bien, considero, por ejemplo, que "Inglourious Basterds" es su obra maestra, no os engañaré diciendo que no es mi obra favorita del director, si no "Reservoir Dogs". En mi opinión, el equilibrio entre el gusto personal y el objetivismo es lo que hace una buena crítica.

Considero a Tarantino uno de los grandes maestros de la historia del cine (suelo decir el mejor, pero la gente se me echa encima...) y también, uno de los grandes aprendices. Genio autodidácta como pocos, él no tuvo que ir a ninguna escuela de cine: simplemente trabajaba en un videoclub. Otro de los aspectos que me apasionan de él, indudablemente, su fuerza de voluntad.

No hay que negar que en cierta medida ha tenido suerte o ha tirado de "encantos personales", pero si algo rige sus obras es la originalidad emanada de toda una vida de estudio. El culto a otros films y géneros le ha permitido elaborar cintas completamente novedosas a ojos del gran público, pero con gran influencia histórica de otros directores y artistas.

Ahora bien, ¿que me espero de su nueva película? Realmente creo que será un estilo "Pulp Fiction", y que habrá que verla más de una vez para comprenderla del todo... Aunque con la práctica que ya llevo tal vez no me sea necesario. Espero más diálogos ingeniosos y atrapantes, y confio en que el final más que espectacular sea ágil, y no se atranque como viene haciendo últimamente. Confió en todo el reparto y tengo especiales ganas de ver a Dern, Roth y Madsen. Por lo que he visto, Di Caprio y Pitt forman un tandém perfecto que pasará a la historia, y espero que no se dé mucho bombo a Margot Robbie y Al Pacino: que salgan lo suficiente como para desear más de ellos.

Y en cuanto a sus futuros proyectos... Dudo que realize una secuela de "Django Unchained", o "Kill Bill vol. 3" o incluso la descabellada idea de un "Star Trek", y si lo hace, no lo considerala como su décima obra (si así fuese, desde luego, se debería contar también al "CSI: Peligro Sepulcral" o "Urgencias: Maternidad"). No sé que esperar de este maestro, pero seguro que una décima película magistral.Y no descarto que veinte años después quisiera volver.

Ah, y tal vez mañana el análisis de "Once Upon a Time in... Hollywood".


Pibón del Barroco

miércoles, 14 de agosto de 2019

The Hateful Eight: Asesinos maduros en son de claustrofobia



The Hateful Eight: Asesinos maduros en son de claustrofobia

Tras el éxito sin precedentes de "Django Unchained" (2012) Quentin Tarantino decidió continuar con uno de sus géneros favoritos: el western. Si bien en esta ocasión, el estofado le saldría completamente diferentes. Hasta la fecha (y sin contar el próximo estreno de "Once Upon a Time in... Hollywood" (2019)) es la película más reciente del realizador y sin embargo, una de las menos conocidas e incluso infravaloradas. Y como curiosidad, la primera que incluye más de dos palabras en su título.
"The Hteful Eight" o como fue titulada en España, "Los Odiosos Ocho" se remonta al año 2014. Quentin Tarantino deseaba rodar otro western, esta vez en 70 mm, en la que un grupo de desagradecidos se veían obligados a pasar un tiempo encerrados a la fuerza en una mercería. Sin embargo, durante aquel año y tras finalizar el guión, este se filtró en internet. Consternado por la noticia y señalando a algunos de sus amigos más cercanos como Michael Madsen y Tim Roth, Quentin aseguró que ya no rodaría le película y que continuaría otros proyectos. Para suerte de todos, la lectura del guión en un teatro de Los Ángeles y la insistencia de Samuel L. Jackson le hicieron retractarse de su decisión. A pesar de ello, cambió ciertos detalles de la trama y el final de esta.


Por lo tanto, Quentin reanudó la película, que se comenzó a rodar a finales de ese mismo año. Para el elenco, repitieron casi todos los que leyeron el guión en el teatro: Samuel L. Jackson encabezaba el reparto con su Major Marquis Warren, seguido por Kurt Russell y Walton Goggins como "los buenos" de la película: en el otro bando, Tim Roth y Michael Madsen repetían tras más de 20 y 10 años respectivamente sin participar en alguna de sus películas. Demian Bichir y Bruce Dern completaban el elenco principal, al que se sumaban de forma secundaria James Parks y Channing Tatum. Para la villana de turno, la escalofriante Daisy Domergue, Quentin hizo un amplio casting del que salió escogida Jennifer Jason Leigh. La produción a cargo de "The Weinstein Company" aportó la insginificante cifra de 44.000.000 $ en comparación a sus anteriores películas.


El argumento y la trama es sencilla, pero desarrollada con una maestría envidiable: un cazarrecompensas detiene a una diligencia para escapar de una tormenta de nieve. En ella viajan otro cazarrecompensas y su víctima, una sanguinaria mujer por la que ponen un precio de 10.000 $. Por el camino recogen a un tercer hombre que dice ser el sheriff del pueblo al que se dirigen, pero como la tormenta los consumen, deben detenerse un par de días en una mercería con una serie de personajes tan diferentes como cómplices...
En sí la trama es similar a "Reservoir Dogs" (1992) y vuelve a diseñarse un exhaustisvo análisis de personajes, para concluir con la idea de que no son tan diferentes como parece.
Una película de 167 minutos en la que la acción se desarrolla en la última hora, el punto fuerte ha de ser el guión, que recae, obviamente, en los diálogos: Quentin Tarantino demuestra con esta película que puede narrar una historia extremadamente intensa solo con el poder de la palabra, resuelta con una madurez sorprendente. Los diálogos de pollas en canciones y nombres de hamburguesas se quedan muy atrás para dejar paso a las narraciones de batallas que solo los más entendidos conocen, el racismo presente en la cultura americana desde tiempos inmemoriables y la justicia y todo lo que la concierne. Nadie entiende nada, pero no podemos dejar de escuchar o de mirar a la pantalla porque resultan tan atrapantes los diálogos como claustrofóbica la situación. Así mismo, los personajes van trazando sendas entre ellos para descubrir quién les traicionará y en quién puede confiar, y a pesar de sus diferencias, en los momentos más difíciles se alían para proteger sus respectivos culos. Todo ello sin usar una única bala hasta que se vuelve necesario. Es reseñable la dirección de actores de esta película, tal vez la mejor de toda su filmografía: es toda una sincronía de un sangriento ballet. Cada uno de los intérpretes devora su personaje, sobresaliendo, claro esta, Jennifer Jason Leigh, quién fue nominada a mejor actriz de reparto por su actuación (la mejor villana de la carrera de Quentin Tarantino, desplazando a la mortífera Elle Driver de "Kill Bill" (2004)). Kurt Russell y Samuel L. Jackson aportan unas actuaciones envidiables, destacando este último con un intenso monólogo sobre el hijo del personaje de Bruce Dern, quién tal vez resulte el más entrañable de los personajes al demostrar un atisbo de amor y pesidumbre ante el horroroso final de su muchacho. En unos momentos retomaremos esta escena.
No he sido el único que ha visto cierto comportamiento del Dr. King Schultz en el papel de Tim Roth, aunque no le libra de elogios por su deplorable caballero inglés que en realidad es un psicópata. La frialdad de las ejecuciones del vaquero de Madsen son los puntos fuertes de su personaje y la intensidad de Demian Bichir recae en su solitaria figura. Otro de los reyes del reparto es Walton Goggins, al diseñar un burlesco y resentido sheriff sureño que cambia completamente su posición con el transcurso de los acontecimientos, creando el mejor personaje de su carrera.


La película cuenta con ciertas escenas verdaderamente impresionantes, en cuanto a guión y rodaje. Saltando los maravillosos planos nevados de Wyoming, hay una escena en particular que me apasiona, y es la anécdota del Mayor Marquis sobre como el hijo del hombre que tiene en frente le mamó la polla hasta morir (literalmente). Esta escena desprende una intensidad en el suspense con la que se desarrolla que se enclava principalmente en los cruces de miradas de sus protagonistas; dos figuras antagónicas, unidas por una guerra y una misma persona. La inserción del flashback para apoyar la historia del personaje de Jackson es sobrecogedor, en un paraje helado, congelado, frío e intenso donde la muerte negra resalta en el blanco de sus tierras. 
Otras grandes escenas de la película resultan la llegada de los cuatro asesinos a la mercería esa misma mañana, el envenenamiento del café y la escena final, con la ejecución de Domergue y la lectura de la carta de Lincoln. En si, esta carta funciona como un mcguffin (al más puro Hitchcock) que establece conflictos y resoluciones entre los personajes.
Un gran añadido a estas impresionantes escenas es la magistral BSO, la primera original de Quentin, compuesta enteramente (a excepción de las canciones líricas como "Apple Blossom" o "Now you´re all alone", que se insertan de manera espectacular) por el genio italiano Ennio Morricone, quién había cedido algunas de sus piezas a "Inglourious Basterds" (2009) y "Django Unchained" (2012) que le hizo valedor del primer óscar en su carrera, sin contar el honorífico.
La fotografía de Robert Richardson también es un gran añadido. De hecho, creo recordar que leí una vez que la temperatura de la mercería se bajó a cero grados para que las sensaciones que experimentaran los actores fueran reales y el vahó y demás elementos fuesen más sencillos y realistas de captar. La película logra con todo una sensación de clastrofobia total... ¿Se imaginan pasar una sola noche con estos tipos?


Otra anécdota que concierne al rodaje es que, la guitarra que el personaje de Leigh toca tenía más de 100 años de antigüedad y fue prestada por un museo. Todo el equipo sabía que la escena se debía cortar cuando Russell iba a romper la guitarra para sustituirla por una falsa. Bueno, todos no, Russell no. Quentin no se lo advirtió y siguieron rodando, así que la reacción de Leigh no se refiere al mero hecho de romper la guitarra, sino a romper más de cien años de historia... Cosas de Tarantino.
Con todo lo dicho, solo podemos poner como pegas que tal vez sea una historia demasiado larga, que, como le venía sucediendo, se atranca al final y que además no cuenta con el encaje de la acción con el diálogo, posponiendo la primera para la recta final.
Pero por lo general, puede que esta sea una de las mejores películas del realizador, o por lo menos, la más infravalorada. Supone un thriller total a medio camino de su ópera prima y "The thing" (1982) y tintes de Agatha Christie. Además, la estructura por capítulos retransmite a una obra de teatro, lo que otorga esa sensación de, perdón por la redundancia, teatralidad. La película también funciona como un recopilatorio de todo por lo que se caracteriza su carrera, estructurado de forma que compone una nueva y única película; una obra magna, impresionante, que al igual que "Jackie Brown" (1997, y a pesar de no compartirlo) se revalolizará con el tiempo.

Ahora solo queda, esperar a mañana.
Pibón del Barroco

lunes, 12 de agosto de 2019

Django Unchained: Entretenida revisión vengativa del Oeste

Django Unchained: Entretenida revisión vengativa del Oeste

El éxito mundial que supuso "Inglorious Basterds" (2009) volvió a elevar el nombre de Quentin Tarantino como la espuma, y de hecho, no ha vuelto a bajar: su siguientes proyectos y su tan esperada novena película han mantenido el nombre del cineasta en lo más alto. Aunque sus últimos filmes son bien recibidos por crítica y público y no incitan tanta polémica como antaño, muchos se preguntan si verdaderamente son tan buenos como parecen. Y no es para menos, pues con Django Unchained pasa precisamente eso:
Quentin, amante del oeste (y concretamente del mediterráneo) desde su infancia (asegura que su película favorita en general es "Il buono, il brutto, il cattivo"  de 1966, obra maestra de Leone y del cine, a pesar de lo que diga el gilipollas de Boyero) siempre se ha apreciado de introducir elementos del género en sus películas, como en "Kill Bill" (2004) o "Inglourious Basterds" (2009). Obviamente, no tardaría en realizar una película del oeste en su plenitud, y no una, si no dos, pero "The Hateful Eight" (2015) la dejamos para otro día, hoy nos ocupa el tiemo Django Unchained, que aquí fue renombrada como Django Desencadenado.


La séptima película de Quentin Tarantino supuso un largo y angustioso proceso para el cuál se necesitaron 100.000.000 de $. Quentin deseaba realizar un "spaghetti western" protagonizado por negros para narrar la esclavitud desde un punto de vista puramente cinematográfico, con disparos y latigazos a bocajarro. Tras finalizar el guión se lo presentó a "The Weinstein Company" y esta lo produjo junto a "Columbia Pictures".
El rodaje se vió marcado por varios acontecimientos trágicos, como accidentes y defunciones. La más sonada, la del director de arte J. Michael Riva. Dos años antes había muerto Sally Menke, la excepcional montadora de nuestro hombre, por lo que en esta ocasión el montaje lo capitaneó su ayudante, Fred Raskin, y aunque no es del todo malo, si deja entrever que la película echa de menos a Menke.
Para el reparto Quentin escogió a Christoph Waltz por delante de los demás, de hecho, el personaje de Kign Schultz se lo escribió expresamente para él. Jamie Foxx como Django no fue la primera opción, sino Will Smith, pero este no estaba por la labor de que su personaje no matara al antagonista, el despiadado personaje de Leonardo Di Caprio en una de sus mejores actuaciones. Lo completan un Samuel L. Jackson escalofriante con el que el director no rodaba desde el 2004 (sin embargo prestó su voz para la narración de "Inglourious Basterds" (2009)). Para el diminuto papel del esclavista Billy Crash se pusieron sobre la mesa los nombres de Kevin Costner y Kurt Russell, pero finalmente fue el acertado Walton Goggins el encargado en representarlo. Kerry Washington repitió como mujer de Jamie Foxx tras la emocionante biografía del músico Ray Charles en "Ray" (2004). Otros nombres que sonaron para el proyecto fueron Sacha Baron-Cohen y Joseph Gordon-Levitt, pero el reparto se completó con Don Johnson, Michael Parks y los cameos de Jonah Hill y Franco Nero.


La película nos traslada al sur de EE.UU poco antes de iniciar la Guerra Civil: un convoy de esclavos es detenido por el dicharachero dentista King Schultz, que no es más ni menos que un cazarrecompensas que busca a un esclavo proveniente de una plantación en la que trabajaron tres sanguinarios hermanos. El Dr. encuentra al esclavo que buscaba, Django, y le promete la libertad si le ayuda a capturar al trío. Juntos se dirigen a la plantación para darles caza, pero acabarán siendo perseguidos por el mismísimo Ku Klux Klan.
Hasta aquí la película presenta una narración frenética y de puro entretenimiento, sin decaer en ningún momento y con agradables momentos de reposo donde surgen los más puros diálogos del guionista tras la cámara. Las situaciones de esta primera parte de la película son bastante discernidas a las de la segunda, con momentos absolutamente geniales y ligeros, vease, por ejemplo, el ya comentado en millones de ocasiones: la persecución del Ku Klux Kan. A parte de introducir un elemento juzgante en el film (la prevalencia, importancia y poder de la organización supremacista que hasta día de hoy se mantiene en EE.UU) también sirve como antesala cómica a una parte más drámatica y lenta. El diálogo es tan sumamente genial que dan ganas de verles discutir horas y horas. Realmente agradable el cameo del cómico Jonah Hill.


Tras ese encontronazo, la pareja continua su aventura. Un montaje de entretenimiento sirve para separar la parte ya comentada de la que esta por venir. Realmente es una secuencia entretenida, pero que se alarga demasiado. Por ejemplo, la escena en la que el Dr. obliga a Django a disparar contra un hombre que se hay junto a su hijo es totalmente prescindible y solo sirve para que esto mismo se lo replique más tarde Django al doctor. 
A continuación, viajan hasta Mississippi, donde van en busca de la esposa de Django, pero el doctor sabe que nadie vendería un esclavo por trescientos dólares sin necesidad alguna, así que se hacen pasar por aficionados a las peleas de mandingos para comprarle a enérgico propietario de la plantación de la esposa de Django un negro por 12.000 $. Obviamente, las verdaderas intenciones de nuestros héroes son descubiertas y les obligan a pagar esa cantidad por la mujer.
Esta segunda parte se ve marcada por las soberbias actuaciones de Leonardo Di Caprio (puede que su mejor papel tras el egocéntrico Jordan Beelfort de "The Wolf of Wall Street" (2013)) y un Samuel L. Jackson verdaderamente despreciable, que logran eclipsar a nuestros protagonistas. Es célebre la anécdota en la que Di Caprio rompió una copa con la mano y continuó su actuación, hasta que se finalizó la escena: lo que vemos en pantalla es la sangre de Di Caprio.
Sin embargo, este tramo se vuelve lento y pesado desde el sofocante viaje de nuestros protagonistas hasta la plantación, que no ofrece más que vistosos planos de lo verde que resulta el condado de Chickasaw, Mississippi. Si no fuera por las actuaciones, la película se derrumbaría por completo en estos instantes. Samuel L. Jackson aporta una naturalidad a su personaje que mejora bastante los diálogos sobre porqué o no debería dormir Django en la casa grande. De igual manera, la cena sería bastante tediosa sin los despreciables comentarios de Monsieur Calvin J. Candie, y es que los diálogos y frases aquí elaborados no se cuentan entre los mejores de Quentin. Simplemente, sus actores supieron darles vida. En definitiva, el tiempo va pasando y la película decae.


El desenlace resulta agotador: uno viene de dos horas de película que van decayendo, haciendose pesadas hasta que por fin, Django retoma su venganza. No sin antes un intenso parloteo con unos mineros (el propio Tarantino es uno de ellos) y un montaje con una música nada pegadiza en la que regresa a la plantación y liquida a todos los leñadores para salvar a su amada. Ya por fin, consigue entrar en el edificio, colocar la dinamita y asesinar a los capataces restantes. No sin antes inflingir una angustiosa tortura al personaje de Jackson. Hay que decir qué, en esa instancia, el montaje es preciso, encajando la música con el desfigurado rostro de Jackson y la llama carcomiendo la mecha de dinamita. Ya por fin y tras unas gracietas de caballo, la película finaliza con la sintonía de "Lo chiamavano Trinità..." (1970).
Y así como empezó, finaliza la cinta. Te quedas igual. Has visto un film puramente entretenido hasta cierto punto con unas grandes actuaciones pero que no ofrece más. No hay una complejidad narrativa, ni un montaje preciso, ni una gran bso ni un final trepidante (pues va escalando poco a poco). Ves un buen film, pero desde luego no una de las obras maestras de Tarantino. La bso se compone principalmente de temas afines al género Western y con algunas canciones notables, pero la introducción de algunos temas descuadra completamente el soundtrack del film. La fotografía es notable, y nos retransmite a ese ambiente cálido y sudoroso de la esclavitud. Sin embargo, poco más puedo decir de una cinta con un guión sumamente simple que sería muy inferior si no estuviese en boca del elenco escogido.


Aún con todos los defectos con los que cuenta, el ser un film de puro entretenimiento es siempre la idónea para iniciarse con Tarantino (descontando la opción cronológica, claro) y con la que la mayoría de los jóvenes como yo nos hemos iniciado en la filmografía de nuestro hombre. 
Hasta día de hoy se ha hablado de la película, de hecho, hace no mucho surgió un rumor que ya surgió en su día tras la publicación de unos comics basados en el film: que Quentin podría rodar un crossover entre Django y "El Zorro". Puede que suceda, pero lo más seguro es que no. Sin embargo, siempre podremos revisar Django o si queremos acercarnos más al oeste visualizar su siguiente película: "The Hateful Eigth" (2015):


Pibón del Barroco

domingo, 11 de agosto de 2019

Inglourious Basterds: La venganza maestra



Inglourious Basterds: La venganza maestra

"Death Proof" (2007) supuso un fiasco en el panorama internacional: aunque los más aférrimos de Quentin Tarantino sostenían que el film era completamenten genuino y propio de su autor, la obra ganó bastantes detractores. No es de extrañar entonces, que Quentin se dispusiese a darlo todo para su próxima obra y crear un film completamente anclado a las raíces de su cine. Entre varios proyectos en la cabeza, se decantó por uno desarrollado en la Francia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial con un aire de "spaghetti western" y un alto porcentaje de venganza. Esta obra, inconclusa desde principios de siglo, llevaría por título "Inglourious Basterds", clara referencia al título anglófono de la obra "Quel maledetto treno blindato" (1978) de Castellari. El guión fue redefinido varias veces y se pospuso para rodar "Kill Bill" (2004) y "Death Proof" (2004), hasta que ya, en 2008, Quentin se lanzó a la aventura, una aventura extremadamente cara para la "The Weinstein Company", pues costó 70.000.000 $. Los estudios recelaban de darle el capital a nuestro hombre, pero tras una serie de negociaciones con "Universal Pictures" acabaron cediendo.

La parte más difícil de la preproducción fue la selección de actores para una película que requería un reparto casi coral: Brad Pitt encarnaría al protagonista, el Teniente Aldo Raine, un estadounidense judío que ya fué contrabandista y se encarga de reclutar a sus iguales para liquidar nazis de las formas más horrendas posibles. Su escuadrón asesino, de nombre "Malditos Bastardos" o "Los Bastardos" se compuso por los actores B. J. Novak, Omar Doom,Gedeon Burkhard, Til Schweiger y Eli Roth, quién además rodaría la película ficticia que se proyecta en el cine del film. Aún en el bando de los "buenos" Diane Kruger interpreta a Brigdet Von Hammersmark, la actriz traicionera del régimen nazi, Michael Fassbender al inglés representante de la "Operación Kino" y Mike Myers a su superior. Mélanie Laurent y Jackie Ido son Shosanna y Marcel, la pareja dueña del cine donde se achicharran los nazis. En el bando de los "malos", nuestro paisano Daniel Brühl interpreta al soldado Zoller, protagonista de la velada nazi y torpe ligón, August Diehl es Dieter Hellstrom, el perspicaz nazi que encuentra a los bastardos en la taberna. Los personajes históricos de Hitler y Goebbles también aparecen, en unas caricaturescas, cómicas y casi simpáticas versiones de ellos mismos. 
Pero indiscutiblemente, el rey del reparto es Christoph Waltz, quién encarna a uno de los mejores personajes salidos de la mente de Quentin Tarantino: el políglota Coronel Hans Landa de la SS. 
Originalmente, sería Leonardo Di Caprio el encargado de darle voz e imagen al villano de la cinta, pero tras otras audiciones, Quentin no supo a quién elegir. Se planteó la cancelación de la película si no se encontraba a un actor perfecto para el papel de Landa. Ya por fin, el completo desconocido Waltz (actor de televisión alemana y diminutas producciones europeas) apareció en un casting y Quentin quedó tan asombrado con su actuación que le dió el papel de inmediato. Huelga decir, que su actuación fue alabada por crítica y público, creando no solo uno de los personajes más reconocidos del cine de Tarantino, si no uno de los mejores villanos de la historia del cinematógrafo.

Ya con todo, la película se desenvolvió en un rodaje frenético para llevarla a Cannes, donde ganó a mejor actor Christoph Waltz y la obra estuvo nominada a la Palma de Oro.
"Inglourious Basterds" nos sitúa en un universo donde la muerte de Hitler y el final de la guerra varián parcialmente, un punto fuerte que Quentin supo manejar a su antojo y con el que, increiblemente, no se ganó el odio de los historiadores. La película narra dos historias paralelas, una, en la que una unidad del servicio secreto americano se dedica a campar a sus anchas masacrando nazis por donde puedan, y que tras ponerse en contacto con los ingleses, deciden explotar un cine donde asistirá (como Myers dice) "la flor y nata del cine alemán". Esta historia, completamente Tarantinesca, elabora unos personajes tan inverosímiles en la vida real que en la guerra crean unas personalidades excelentes. Y para más inri, todos juntos suman más. Así, destacan las mentalidades psicópatas del temible "Oso judío" y del nazi Hugo Stiglitz, que protagonizan las matanzas más violentas de "Los Bastardos" encabezadas por el (porqué no decirlo) burlesco personaje de Pitt, la medida perfecta de un hombre duro y un galán hollywoodense, quién con acento sureño y prominente mandíbula que recuerda a la de Vito Corleone ("The Godfather", 1972) decora las frentes de los soldados que desean dejar de ser nazis con una bonita (y práctica) esvástica.
El desarrollo de esta historia pasa por varias fases, la primera, la presentación de nuestros particulares héroes. Cabe destacar la presentación del personaje de Til Schweiger, en formato comic, con la voz de Samuel L. Jackson narrándola, un efectivo y rápido añadido a la escena que la vuelve más ficticia y digerible. Tras las pertinaces presentaciones entre Pitt y un militar alemán, se hace alarde la más pura violencia de "Kill Bill" (2004) cuando el Oso Judío revienta a golpes de bate la cabeza del hombre, un recurso significativo y muy propio para la cinta. 
La siguiente fase transcurre tras dar los detalles de la "Operación Kino" a los espectadores: los bastardos se trasladan a una taberna en un pueblicto francés donde esperan reunirse con el personaje de Krueger para recibir información sobre la masacre que planean. Como bien dice el personaje de Pitt: "Luchar en un sótano tiene muchas desventajas, la primera: luchas en un sótano" y es que sin el preciso montaje de Menke, la escena de la taberna podría haber sido un estropicio total, donde personajes y diálogos se confunden y el momento más importante pasa fugaz. No creo que la escena se alargue innecesariamente, pues cada intervención sirve para tensar más aún la situación, más bien diría qué hay diálogos inecesarios y podrián haberse resuelto de manera mucho más ligera y con más gancho. Y como he dicho antes, en ocasiones, diálogos y personajes se confunden, creando una sensación de interrogante en el espectador. Con todo, la escena se resuelve de forma convincente y ha pasado a los anales del cine.
Por último, y durante el desarrollo de la "Operación Kino" se lleva a cabo el climáx de esta historia:  "Los Bastardos" son descubiertos por Landa pero dos de ellos ya se han colado en el cine. Lo único que puede hacer el antagonista es dejar que el plan siga su rumbo y aprovecharse de este, por lo que lleva a Aldo y al soldado Utivich a negociar a un bar, en una escena donde la dirección de arte que maneja el film se hace evidente en el juego del vino y el teléfono: los objetos cambian su distribución en base a quién lleve las de ganar en la negociación.
Por otra parte, los personajes de Roth y Doom ya están preparados para actuar.


La otra historia se inicia en el primer capítulo, cuando aparece el personaje de Landa. El nombrado "Cazajudios" entabla un juego con el propietario de una humilde granja para averiguar si en ella se ocultan enemigos del estado. Bajo el suelo, una joven Shosanna se hace ovillo junto a su familia, ante el temor de que les descubran. Como es natural, Landa descubre el paradero de la familia que busca y tras una amable despedida ordena a sus hombres que disparen contra el suelo, matando a toda la familia excepto a Shosanna, que huye y en última instancia, Landa la perdona la vida.
Esta escena puede que sea la mejor de todas las rodadas por Quentin Tarantino: las sensaciones que emamanan de la visualización de un encuentro entre dos personajes tan diferentes (un humilde granjero y un sádico coronel de la SS) se proyectan en unos diálogos sumamente geniales, pasando de la cordialidad a la más pura y fría inexpresividad, pasando por un juego en el que Landa tira de su víctima para sonsacarla información. La iluminación, el juego de sombras, los rostros de los personajes enmarcados en lo que su conciencia les guia a hacer, el juego de la cámara para revelarnos la presencia de la familia judía y como se incrementa la música a medida que Landa finaliza su parloteo hacen  de esta una escena brillante, magistral, sin lugar a dudas la mejor de toda la carrera de nuestro hombre. Se respira la tensión, brilla la angustia y ruge una silenciosa desesperación ante nuestras atentas figuras de espectadores, que no podemos influir en el devenir de la historia.
Bueno, retomando la historia, Shosanna logra huir y esconderse en París, donde se hace propietaria de un cine al que un día llega un soldado alemán que intenta ligar torpemente con Shosanna. Este soldado es bastante conocido, pues desde un campanario abatió en pocos días una considerable cantidad de cadáveres. Sin embargo y a pesar de que no hace alarde de ello, la chica no se confía.
Entre ambos personajes (la irascible Shosanna que en ocasiones es un incordio en la pantalla y el torpe ligón encarnado por Brühl) surge una química de comedia romántica, en la que chico insta a chicas hasta cierto límite.
El cine de Shosanna es elegido por insistencia de Zoller para proyectar el film. Ella, ni corta ni perezosa, se prepara para quemarlo con todos los nazis dentro. El punto álgido de esta historia es otra escena brillante, donde la violencia es estéticamente perfecta y la música sigue a una imagen de manera tremendamente bella. Hablamos de la muerte de ambos personajes en un duelo armado entre ellos, donde cae primero Zoller, inerte, más por el daño sentimental que él físico. Ella se arrepiente y va a dar la vuelta a su cuerpo, para descubrir que no esta muerto y arremete contra ella usando su arma. El fin del cuento de amor. Un cuento de amor en el que a diferencia de otro, no hay un "y vivieron felices".
El final, como se desenvuelve la masacre cinéfila es una gran resolutiva: el hecho de un doble atentado incrementan las posibilidades de que salga mal y eso es otro punto de suspense. Bien rodada, la masacre alemana se lleva la palma en cuanto a la violencia Tarantiniana.

 Bajo mi humilde opinión, este film es toda una auténtica obra de arte y puede que la mejor película del realizador: contiene los diálogos ingeniosos y bien elaborados que presentaban "Reservoir Dogs" (1992) y "Pulp Fiction" (1994) aunque con ciertos tramos forzados o pesados, la belleza de la violencia y su estética de "Kill BilL" (2004) y porqué no, cierta paz de "Jackie Brown" (1997). Así, incluye nuevos elementos, como una narración fragmentada por flashbacks y una tensión magistral, del más puro Hitchcock. En cuanto al guión, destaca la labor linguistica de este, compuesto por cuatro idiomas diferentes.
Montaje y fotografía son soberbios, posiblemente de los mejores de la filmografía de Quentin junto a la ya mencionada "Kill Bill" (2004). La construcción de los personajes resulta igualmente buena, volviendo a destacar al Coronel Hans Landa, que acapara toda la atención del espectador.
No faltan los guiños cinéfilos, pero bueno, lo consideramos ya marca de la casa. La música se compone de orquestales piezas antes que de canciones populares. Destaca la obra de Morricone, con el que trabajaría un par de filmes después. Algunas de las piezas de "Inglourious Basterds" son sin embargo, rozaduras de lo exagerado y no compaginan bien con la obra.

 Es una película mejorable en muchos aspectos, por supuesto, pero no me digan ustedes que otro film de Quentin Tarantino emana tanto como esta obra de arte. La cinta de venganza bélica se alzó con cuarenta y cinco premios, gran parte recaidos en Christoph Waltz. A partir de aquí, la obra de Quentin sigió otro camino, y es que como pronuncia el Teniente Aldo Raine tras marcar al villano: "¿Sabes, Utivich? Creo que esta es mi obra maestra".


Pibón del Barroco

viernes, 9 de agosto de 2019

Death Proof: Amor por la decadencia



Death Proof: Amor por la decadencia
El retorno de Quentin Tarantino con la brutal y vengativa odisea de Uma Thurman bajo cuero amarillo supuso un impacto mundial casi equiparable al de "Pulp Fiction" (1994): Quentin volvía y con más ganas que nunca. La película funcionó bien en taquilla a pesar de la división de la obra en dos partes. Ahora el mundo se preguntaba cuál seria su próxima obra maestra.
Bien, resulta que un día, Quentin se reunió con su amigo, el costoso director de cine barato, Robert Rodriguéz, para visionar algunas cintas de cine B o incluso Z: estos filmes de bajo presupuesto se programaban para visionarse en sesiones dobles en salas habilitadas para ellas denominadas "Grindhouse" y así conseguir un mínimo de ganancias. Aunque su popularidad bajó entre los años 70 y 80, algunos frikis como nuestros protagonistas de hoy  han preservado la memoria de este cine barato y desenfrenado. Así qué, debieron pensar "¿Qué demonios? ¡Hagamos una película doble!" y así nació el proyecto conocido como "Grindhouse":


Cada amigo se encargaría de rodar una película que luego se proyectarían en sesión doble en salas de todo el mundo (spoiler, no fué así) y entre ambas una serie de trailers falsos para promocionar películas que no existían. Sin embargo, algunas de estas como "Machete" si que se acabaron llevando al cine (2010). En sí, la película de Rodriguéz "Planet Terror" (la que se proyectaría antes) no es mala, más bien es todo un triburo al cine de serie Z albergando todo por lo que este se caracterizaba: chicas con armas, sexo, zombies, explosiones y una serie de disparates que van de la mano, pero todo llevado hasta la saciedad aún representándolo con mimo y aprecio. Con el film de nuestro hombre pasaría algo diferente, puesto intenta mantener la esencia del cine serie Z aún sin el disparate de imaginación que su amigo había plasmado, un grave error a tener en cuenta (si quieres hacer un film de serie Z, demuestra que es de serie Z) por lo que la película se queda a medio camino de decir lo que nos quiere hacer creer. Aún con ello, Death Proof no es tan aberrante como nos hacen creer.


Veamos, la quinta obra de Quentin nos narra la historia de un hombre que se hace llamar "Especialista Mike" y, como bien dice Quentin en un momento dado de la cinta, el Especialista Mike es, un especialista. Aunque no uno cualquiera: con su "muscle car" se dedica a asesinar a jóvenes incautas en las carreteras del sur de los EE.UU. 
Para el papel del psicópata se forjó una larga lista de nombres de los que Kurt Russell salió elegido. El veterano actor llevaba años haciendo sus mejores participaciones en documentales sobre John Carpenter. Puede que con él se repitiera el "efecto Travolta" y desde entonces se ha hecho una cara conocida para las nuevas generaciones, que le han visto en alguna produción de Marvel y varios dramas interesantes como "Bone Tomahawk" (2015). El resto del reparto es practicamente femenino, con las algo conocidas Rosario Dawson, Rose McGowan, Mary-Elizabeth Winstead y la habitual del director Zoë Bell. Junto a actrices menores, se forman dos grupos protagonistas que protagonizan dos narraciones diferentes en el mismo film, ambas marcadas por la presencia del asesino que encarna Russell.


Aunque ninguna de las dos historias del relato son excepcionales, cada una se distingue de la otra en aspectos positivos y negativos. La primera, narra las corridas juveniles de cuatro amigas con cierta popularidad en su ciudad que buscan éxitos amorosos para esa velada. Una de ellas, que trabaja en la radio, da unas pautas para conseguir un baile sexy de su amiga para esa misma noche. La oportunidad no la pasa por alto el personaje de Russell, conformando uno de los momentos más vergonzosos de la obra.
Este primer relato contiene muchos fallos a nivel actoral y de guión. Para empezar, los personajes de las tres figuras femeninas protagonistas desprenden un intento de sensualidad muy vago, sin ningún tio de erotismo más allá de sus piernas y sus culos (planos que parecen interesar mucho a Quentin en esta cinta) y su ligera vestimenta. No desprenden la sensualidad de Mia Wallace o incluso de la madura Pam Grier en "Jackie Brown". Sobretodo Vannesa Ferlito, que protagoniza el baile más vergonzoso de los rodados por Quentin (de hecho, no ha vuelto a rodar niguno) que se queda muy atrás del protagonizado por Madsen en "Reservoir Dogs" (1992) o del mítico rodado en "Pulp Fiction". Me gustaría saber que pensaba Kurt Russell cuando se vió obligado a poner sus manos en la cadera de Ferlito. Y para más inri, Quentin cortó el baile a la mitad para pasar a otra escena. Se nota que tampoco a él le convencía demasiado...
Los diálogos fluyen entre sus personajes pero no conectan con el público. Es difícil seguirle el hilo a una retahila de nombres y datos que nos lanzan a la cara y que no ubicamos en los primeros dos minutos de la cinta. Tal vez las líneas más entretenidas sean las protagonizadas por Eli Roth y Omar Domm, quiénes repitieron con Quentin en "Inglourious Basterds" (2009). Incluso el personaje de Quentin es simpático y sus participaciones se agradecen en un segmento en el que tres pares de piernas intentan acaparar la atención. Mucho mejor el personaje de Pam Grier, más cercano al espectador y primera vícitma del especialista. Esta mujer nos acerca al crimen del psicópata y nos retransmite cierta claustrofobia e impotencia.
Este segmento también tiene ciertos detalles interesantes, como la fotografía y la estampa "retro" apoyada por la lluvia, lo que nos deja algunos buenos planos. Sin embargo, a Quentin le dió por rallar los fotogramas para que diese esa impresión de película rodada en baja calidad. Es un elemento incómodo para el visionado y que no aporta absolutamente nada, salvo demostrar la obsesión del director por la serie Z (tal vez sea el detalle más claro y grande de serie Z de la obra). 
Con todo y sin algunas actuaciones, menos pornografía y una imagen más clara, podría haber surgido de este segmento una pequeña obra de arte.

Ahora y antes de la segunda historia tenemos un pequeño interludio que no aporta demasiado, más sino un guiño a la obra de Rodriguéz, pues aparecen los personajes de Michael Parks y Marley Shelton en un breve diálogo donde se debaten los daños y las consecuencias del accidente en el que el Especialista Mike ha asesinado a las chicas del bar. Este segmento no pasa de una mera anécdota graciosa.

En la siguiente historia, otro grupo de chicas son perseguidas por el Especialista Mike, pero con resultados muy diferentes... 
Para empezar, la historia se sitúa 14 meses después. Especialista Mike persigue a un trío de amigas que se detienen en un área de servicio. Resulta curioso que se aluda a "Kill Bill" (2004) en varias ocasiones durante el segmento: el sonido de un móvil es la mélodica canción silbada por Elle Driver, el coche cuenta con los colores del traje de Thurman, y de hecho se cuenta una anécdota en la que participa una doble de Daryl Hannah. Unos simpáticos easter eggs. Aunque en esta parte la sensualidad y el erotismo resulta igualmente presente, es mucho más sutíl, acaparando la mayor parte de este el personaje de Mary-Elizabeth Winstead. Los diálogos así mismo dejan de ser mundanos y verborreantes y se vuelven más interesantes y con el peso "Pop" señal de Tarantino. Aún así, en determinados momentos resultan difíciles de seguir.
Sin embargo, no cuenta con la belleza de las imágenes de la historia anterior y los planos y tomas son más sencillos hasta la persecución final. De hecho, la persecución final puede ser la mejor y más complicada escena que Quentin rodó en esta película. Los cortes y el montaje son de igual forma excelentes, la más pura marca de Sally Menke que acerca bastante su trabajo a la escena de los 88 maniácos de "Kill Bill" (2004).
En cuanto a la BSO, no es de las mejores de la filmografía de nuestro hombre. Sintonías simples y repetitivas se mezclan con canciones de ritmo ágil como "Chick Habit" o baladas lentras al estilo "Down in México".

Aunque pueda parecer un filme más mundado y sencillo, la obra esconde amor por lo decandente: el filme presenta a un personaje que, frente a la decadencia de su vida, busca nuevas metas. Cuando los de su alrededor niegan haber visto alguna de sus participaciones en filmes poco conocidos, Especialista Mike es consciente de que aquellos tiempos pasaron y el es la sombra de ellos. Al igual, su estampa "amacarrada" y el estilo de los vehículos y las localizaciones también son una sombra de un pasado glorioso para Quentin, el pasado de un cine "de verdad". Es ahí donde se localiza la esencia de la serie Z en esta película (a pesar de quedarse, como he dicho, a medio camino de ser una película de serie Z). Con esta película, Tarantino homenajea a los especialistas de cine, al pasado de la cinematografía, a los efectos especiales que jugaban con la vida de sus partícipes. Puede que este sea su vago homenaje al cine hasta el estreno de su nueva obra, en seis días.
De igual manera, también hay ocultos los simbolismos de una América profunda y anticuada, como la venta ilegal, el sexo desenfrenado, las violaciones y el alcohol
Con todo, Death Proof podría haber sido una obra muchísimo mejor, incluso de sus mejores filmes, pero la obsesión por el homenaje, las vagas actuaciones, los diálogos estúpidos y ese molesto segmento que se ve destrozado hacen de Death Proof una película menor, aún con una marca "Tarantiniana" muy presente. Es un film que ama lo decadente, y por ende, así mismo es la película: decadente.


Pibón del Barroco

jueves, 8 de agosto de 2019

Kill Bill: Odisea de brutal y sangriento regreso


 Kill Bill: Epopeya de brutal y sangriento regreso

Tras casi 7 años parecia que el mundo del celuloide se había olvidado de Quentin Tarantino. Nada más lejos de la realidad, pues Quentin se puso tras la cámara de la pequeña pantalla para rodar un episodio de la serie "CSI Las Vegas" (2000-2015) del que tal vez aprovecharía el argumento para una escena de la película que nos concierne hoy: Kill Bill.
Lo cierto es que el nombre de Tarantino se apagó lentamente durante esos años de "exilio" en el que se perdieron esperanzas de su brutal regreso. A pesar de no excesivas malas críticas (ni tampoco efusivas) con "Jackie Brown" (1997) y la nominación al Óscar como mejor actor de reparto para Robert Forster, la película supuso una caída en picado del mito que poco antes se había forjado sobre Tarantino. Tras esto y como el mismo ha admitido, durante los siguientes años se dedicó a "vivir poco, tener todo el sexo que quisiera y ver todas las películas que pudiera" por lo que su figura se ensombreció. Sin embargo, no abandonó su profesión y se dedicó a escribir varios guiones que no acababan de cuajar de un film que tenía en mente, de nombre "Inglourious Basterds" (spoiler, acabó siendo una realidad en 2009). Viendo que la obra no llegaba a nada, la desestimó y recordó el personaje que años atrás durante el rodaje de "Pulp Fiction" había desarrollado junto a Uma Thurman: La Novia (por algo en los créditos se puede leer que el personaje de la novia es una invención de Q & U), una mujer que tras permanecer años en coma decide vengarse de quiénes intentaron asesinarla. Emocionado con recuperar la idea, Quentin comenzó a escribir el guión con cierta ayuda de su amiga. Cuando lo tuvo listo, se lo mandó el día de su cumpleaños como regalo. Quentin no quería la película sin Uma Thurman.


Originalmente (en 1994) iba a ser una película de noventa minutos, presupuesto ajustado y de baja calidad, idea que le transfirió entonces a Lawrence Bender. Nada más lejos de la realidad, Kill Bil" acabó costando 60.000.000 de $, siendo rodada en Japón y China y con una duración de unos 250 minutos, que incluía escenas de animación. Hasta entonces supuso el mayor proyecto de Quentin Tarantino. Un desafío que pocos directores habrían pulido tanto como Quentin y de los que menos aún sacarían tal obra maestra.
Para quién no lo sepa, Kill Bill es la odisea de una ex-asesina a sueldo para matar a quiénes intentaron matarla a ella y sus amigos el día del ensayo de su boda: su antigua banda, comandada por el misterioso Bill, el "encantador de serpientes". Pero no solo perdió a sus seres queridos aquel día, también a su bebé.
El reparto de Kill Bill es similar al de "Jackie Brown" (1997) puesto pocos de sus actores han repetido con Tarantino: para el escuadrón de asesinos Tarantino escogió a las semidesconocidas Vivica A. Fox y Lucy Liu, además de la gloria pasada de Daryl Hannah y su "Sr. Rubio", Michael Madsen. El reparto se completa con Michael y James Parks, los asiáticos Gordon Liu, Sonny Chiba y Chiaki Kuriyama y David Carradine como Bill. Anteriormente se barajearon nombres como Kevin Costner o Kurt Russell para el papel, siendo Warren Beaty el más cercano a conseguirlo, pero en última instancia renunció y propuso a Carradine.


Tal vez, el guión de Kill Bill no sea comparable al resto de sus obras. Si bien no resulta un pesado revoltijo de diálogos inalcanzables como en "Jackie Brown" tampoco es la soltura narrativa que emanaba "Reservoir Dogs" (1992). Quizá, por el forcejeo que establecen ciertos diálogos y la soltura de otros, se asemeje más a "Pulp Fiction" (1994). La verdad absoluta es que estamos ante la obra de Quentin que prima la imagen al diálogo, algo no muy común en su obra, pero que va afiancandose con el tiempo. Estamos ante la primera gran obra de acción del director, y posiblemente en ese sentido, la mejor: la agilidad de las tomas (en gran parte gracias a la magia de Sally Menke) que emanan del combate contra los 88 sicarios de O-Ren Ishii es comparable a los combates más míticos del cine de artes marciales. En cuanto a ese punto, la película es una completa estantería de referencias de dialogo, musicales y visuales al más puro cine de artes marciales, al spaghetti western, al cine de acción barato americano y en general a cualquier género que incluya muchas muertes. Durante un tiempo, por cierto, corrió el rumor de que Quentin ofrecía un millón de dólares a quién encontrase todas las referencias a otras películas con las que cuenta Kill Bill. Obviamente, el premio debe de seguir en el aire si es que no se ha cancelado, pues nadie las ha encontrado todas.
Como decía antes de esto, la película es un punto de inflexión en la carrera del director, que ahora cuenta con una precisión a la hora de filmar la acción que no poseía antes de Kill Bill, cuando desenvolvía las escenas de acción en una lenta y meticulosa retahila de sangre de corta duración. Kill Bill cuenta con unas coreografías que manipulan la acción de una manera magistral, en la que hay que ser rápido de vista para atenerse a cada detalle. Desde Kill Bill, la muerte es bella en la obra de Tarantino. Destacables los conflictos con el personaje de Hannah y la brevísima pelea contra Bill.

 

Aún con esas, la película cuenta con ciertos momentos de reposo que el diálogo es profundo y sensato: la comparación entre Superman y el personaje de Thurman es uno de ellos. Otro destacable es el monólogo casi interior del personaje de Hannah durante la convalecencia de Budd, cuando la tensión se puede llegar incluso a palpar y que continua con la pelea entre esta y La Novia. También resulta tensa la escena en la que Bill aparece en el altar, pues el espectador es consciente de que un momento a otro aparecerá el escuadrón para matarla, a pesar de aferrarnos en nuestro asiento y evitar distraer ese pensamiento.
Menos entretenidos son los abrumadores momentos del montaje del entrenamiento con Pai Mei y la fogata con Bill. El primero, resulta cuanto menos aburrido dada la irascible personalidad del maestro. También los pesados efectos del anciano saltimbanqui de un lado para otro me dan ganas de retirar lo anteriormente dicho sobre la maestria que estaba demostrando Quentin como director de acción. La segunda, un mero recuerdo que no aporta ni sirve a la trama, en el que un Carradine nostálgico de los tiempos de "Kung Fu" (1972-1975) narra cuentos orientales a la luz de una hoguera. La obra también cuenta con el fallo de ser aparentemente cerrada (deja una ventana abierta a un regreso del personaje de Hannah y la venganza de la hija de Vernita) pues La Novia, así como Django en su homónima película, lleva a cabo su venganza satisfactoriamente y les depara una vida feliz a sus personajes. En la mayor parte de la obra de Quentin, el destino de sus personajes es incierto.
Uno de los aspectos a destacar en la cinta es el espectacular montaje, probablemente de los mejores de la carrera de Sally Menke, la difunta amiga y montadora de Quentin: mientras que en el primer volumen (Kill Bill fue dividida en dos volumenes en base a su abrumadora extensión) prima la acción y las escenas más vibrantes de la película, el segundo volumen es más relajado, lento y paciente, en la que obra se va completando a si misma en base a los recuerdos del personaje de Thurman y su inminente acercamiento a Bill. La película resulta bien dividida y por lo tanto, los volúmenes se complementan de manera excepcional. Entre algunos de los detalles que destacar del montaje esta el uso de la pantalla dividida (que ya usó en "Jackie Brown" (1997)) bastante bien resuelto, y los fundidos en rojo.


No he dedicado con anterioridad ha hablar de las BSO´s de las películas que he analizado, más por despiste que por despecho. Lo cierto es que Kill Bill cuenta con una de las mejores bandas sonoras de Tarantino, tal vez solo superada por "The Hateful Eight" (2015) en la que se mezclan composiciones clásicas como música hispana, oriental o estadounidense. En la BSO participaron su amigo Robert Rodriguez y el rapero RZA mezclando algunos temas. Son mundialmente reconocidos los temas "Twisted Nerve" e "Ironside" que tienen especial peso en la película, y es que, la música que Quentin escogió para la mayoría de escenas de Kill Bill funciona en una sincronía poco común que sobrecoge de una forma maravillosa. Especialmente bonito el tema "The Lonely Shepherd"


Con todo, podemos asegurar que en cuanto a su faceta como director, Kill Bill resulta una de sus mejores y más completas películas. El guión no es nada sobresaliente, pero funciona bien. Kill Bill no habría sido posible tanto sin Uma Thurman como sin Sally Menke, que elabora uno de sus mejores trabajos. Kill Bill asi como lo hizo "Pulp Fiction" ha marcado en el imaginario popular y sus fotogramas y su composición musical ya es herencia mundial. No obstante, la película no se ha abstenido de controversias, como las que hace poco más de un año incluyeron a Quentin en el movimiento #MeToo, al descubrirse que obligó a la actriz a rodar conduciendo a través de una carretera peligrosa.
Kill Bill se mantiene como una de las obras más recordadas de Quentin Tarantino y que le permitió regresar a la cima de Hollywood, por lo tanto, mucho tenía que hacer para subir el nivel con su siguiente película... ¿O lo estropearía todo?

Ps: Adjunto los créditos finales de Kill Bill vol. 2 con la canción "Malagueña Salerosa" de fondo, lo cuál constituye uno de mis montajes favoritos de la carrera de Quentin.

 

Pibón del Barroco