Y por fin llegó el ansiado día que las sagradas escrituras (los cómics y la novela) profetizaban: el día que sería recordado por milenios; el día que unió a miles de personas en torno a sus televisores: el día en el que se estrenaba por fin la tan ansiada cuarta temporada de "El Ministerio del Tiempo", la mejor serie de la televisión española en muchos años. Y es que, tras casi tres años, parecía inviable una nueva temporada, pero contra todo pronóstico ha vuelto, mejor que nunca y con todos sus ingredientes a la medida perfecta. Ya estamos una vez más para salvar el pasado, nuestro presente y el futuro. Y aquí regreso para criticar (mejor, analizar) cada capítulo desde ya. Pero antes hay que recordar que, el uno de noviembre de 2017 la serie se retiraba con sus peores datos y uno de sus mejores episodios: "Entre dos tiempos", un relato metafísico y paradójico sobre una serie basada en la propia serie. Una genialidad absoluta. Y aunque unos meses más tarde se lanzaría el segundo cómic de la serie, la propuesta de renovación estuvo en el aire hasta el día de los inocentes de 2018, y en noviembre de 2019 comenzaba el rodaje. Por supuesto, un cambio radical en cuanto al diseño: ya no tenemos el clásico ministerio claustro(nunca mejor dicho)fóbico. Ahora tenemos un pedazo de edificio hermoso, idóneo y reutilizible:
Aunque echaremos de menos la cochambrosa sede en mitad de Madrid, el nuevo edificio plantea y trae una serie enorme de ventajas, la primera, el poder rodar en un entorno natural, lo que otorga realismo y calidad visual, pues ya no son necesarios los focos y otros cachivaches. Claro que, la luz del sol no se puede manipular, así que la iluminación ha de ser más cuidadosa. Por otra parte, las antiguas máquinas y herramientas de los 50 dan un aire clásico a la sede, pero a la vez moderno y futurista. Una elección magistral. De igual forma que hay cosas que cambian, también las hay que siguen: no solo se mantiene el reparto de la temporada anterior, si no que también vuelven Rodolfo Sancho y Aura Garrido, y hay incorporaciones claro. También regresa uno de los enemigos por antonomasia del Ministerio: el comendador interpretado por Francesc Orella, un actor fabuloso que de seguro, nos sorprendre gratamente esta temporada.
Pero bueno, vamos a lo que nos interesa, que es comentar los capítulos: el primero, titulado "Perdido en el tiempo" inicia con algo que ya se adelantó en la precuela de la temporada: que Julián, al parecer, no murió en la batalla de Teruel, si no que sobrevivió y ahora es la nueva imagen del régimen Franquista, un actor llamado Eulogio Romero, superviviente también de la División Azul y galán de cine. Con esta premisa, el Ministerio llama a la patrulla restante (Amelia no tiene cobertura en su época por lo que se ve), a pesar de que Alonso dejó claro que se retiraría, sin embargo, es comprensible que un hecho tan impactante le haga retomar su trabajo, y junto a Pacino, Lola (Estos en una relación que se tambalea por su trabajo) e Irene viajan a 1943 en busca de Julián. Y aquí quisiera remarcar el hecho de que Alonso no se ha visto con Pacino desde hace tres años, lo que me resulta bastante raro porque a fin de cuentas, eran amigos, y nada se interpuso en esa amistad.
Retomando la trama, quisiera señalar un par de puntos: que la puerta de 1943 de a un burdel me ha parecido un detalle magnífico, visibilizando la dura situación de la postguerra incluso en la capital, en la que algunas mujeres debían recurrir a la prostitución para ganar algo de dinero (sumado al ya clásico chiste de la serie de que en cualquier época se cobra poco) y el segundo, la mención al bombardeo de la Plaza de Cabra, que como se dice en la serie "Picasso no pintó un guernica sobre ello", y eso es lo que más me gusta de esta serie, que reparte palos a un lado y a otro. Mención especial para, como siempre, el exquisito diseño de producción y vestuario, pues el plató cinematográfico de 1943 me ha parecido sublime. Por supuesto, el uso del chroma mejora cada día, incluso para escenas que yo dudaba de que se hubiera usado, lo que demuestra que esta serie tiene detrás a unos genios del VFX.
El episodio se resuelve de manera elegante: Julián no parece recordar a sus compañeros, pero además, prepara con miembros de la resistencia republicana un atentado contra Franco. Gracias a los contactos de Lola ella puede estar presente durante el intento de atentado y, aunque quiénes lo evitan son los dobles del dictador (que luego se presenta halegando que los actos ceremoniales le aburren mucho, lo que, en su conjunto me ha parecido una exquisitez solo al nivel de esta gran serie, la única que podría permitirselo) y Julián es arrestado junto a Lola, finalmente la patrulla les detiene, volviendo todos al Ministerio dónde Julián reacciona de forma un tanto agresiva e incrédula, lo que refuerza la opción de un Julián amnésico. Finalmente, un sueño del propio Julián encamado en una habitación sanitaria da pie al final del capítulo. No hablaré de tal sueño porque mencionarlo es injusto y merece verlo, y lo único que puedo decir ante esa escena es un "bravo" alto y claro.
"Perdido en el tiempo" supone un regreso brillante de la serie. No se andan con rodeos y nos introducen directamente en la trama de esta temporada, que se ve, estará muy enfocada a los problemas personales de sus personajes, con Julián (no sé hasta que capítulo) como epicentro. De igual forma se puede esperar una ambientación magistral, así como una muy buena calidad de imagen, que cada día me gusta más. La dirección arroja planos de vez en cuando bastante buenos, excelentes diría yo, y me gusta especialmente un detalle: los capítulos se acortan. Les quitan quince minutos, con lo que les quedan episodios (o quedarán) más condensados, más directos y más redondos, pues ya no resulta necesario rellenar para alcanzar ese tope de la hora y cuarto. Es más, si les sobran ideas, pueden emplearlas en futuros episodios. Ahora solo tengo que mencionar lo que no me ha gustado: la cabecera inicial está bien pero se me hace corta, no me da tiempo a saborearla. De igual forma los créditos finales, que me gustaban mucho más con el avance del capítulo siguiente enmarcado a la derecha y los créditos corriendo. Pero bueno, son detalles minúsculos en un muy buen episodio, que supone el mejor inicio de temporada desde la original.
Atte: Pibón del Barroco
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