Buscador

martes, 22 de marzo de 2022

Óscars 2022: un vistazo a las "diez mejores películas"

 ÓSCARS 2022:

Un vistazo a las "diez mejores películas".

¡Atiza! ¡Casi un año sin escribir nada por aquí! Bueno, en realidad uso esto cuando tengo algo que decir que vaya más allá de la extensión de un tweet o estado de whatsapp, y hoy es el día; ¿saben ustedes por qué? Porque resulta que hoy por fin he cumplido un absurdo y pueril cometido: ver todas las películas nominadas al Óscar antes de la ceremonia (entiéndase, las nominadas este año, que no son pocas, nada más y nada menos que diez), como un "verdadero" crítico de cine o, en su versión aprofesional, un pedante cinéfilo salido de la escuela Filmaffinity. 


Y es que un servidor ahora, por cuestiones de la vida (véase acceso a películas de streaming, pirateo independencia, tiempo libre, aburrimiento y soledad), ha logrado la hazaña de ver todas las supuestas mejores películas del año que, por ese supuesto de ser las mejores, han llegado a ser nominadas al premio tocho de ese noble arte llamado cine. Y a decir verdad... Joder, ya podría haber hecho esto mismo en 2019. O en 2014. O en algún otro año de calidad. Quiero decir, no estamos ante malas películas pero, sinceramente, para ser las mejores del año yo hubiese rebajado ese categórico nombramiento a solo dos de las nominadas y hubiese incluido a otras muchas que sin ser obras maestras están muy por delante de la mayor parte de las presentes (véanse La Casa Gucci, La crónica francesa, El buen patrón, Fue la mano de Dios...). Y sé que a continuación, cuando desgrane ligeramente cada una de las nominadas (sin spoilers, no preocuparse), me toparé con opiniones impopulares, pero también sé que todos podemos estar de acuerdo en que es una sarta de nominaciones a telefilms, banales intentos de taquillazos profundos y muy, pero que muy, poca originalidad. Pero muy poca. Ah, y me libraré de hacer un top en esta ocasión porque aún no las he procesado lo suficiente como para determinar cual me gusta menos (aunque se que par me gusta más), así que ahí les sirvo las reflexiones de un modo bastante random:

EL CALLEJÓN DE LAS ALMAS PERDIDAS:


Empezamos fuerte. Se trata de la última película que he visto de las nominadas, precisamente hace un rato, por lo que aún no la he procesado lo suficiente. Lo cierto es que le tengo bastante tirria a del Toro desde siempre, y más aún desde que su engendro humanoide-pez ganó a algunas de las mejores películas del siglo allá por los Óscars de 2018. No me malinterpreten, tiene películas bastante decentes, pero ni aquella ni esta lo son. Y es que, para empezar, del Toro realiza un remake de un clásico de Tyron Power, lo que evidentemente suscita a comparaciones, y eso nunca es bueno. Pero ya no solo hace un remake sino que lo hace más innecesariamente largo, segmentando la película en dos partes diferenciables mediante el siempre mal-empleado uso de la elipsis (si pasan dos años en una película entre la primera y segunda hora de esta, lo que viene a continuación no es muy interesante). Por citar cosas positivas, tiene una ambientación y puesta en escena bastante creíbles, y una solidez actoral muy lograda, algo notable en una película que no sabe muy bien que quiere contar hasta los últimos cinco minutos y que desaprovecha en gran medida esa solidez actoral en varios de sus protagonistas, véanse a William Dafoe, Toni Collete y, sobretodo, Cate Blanchett, que se pasa toda la película en la misma habitación entre idas y venidas de un Bradley Cooper bastante simpaticón. 

DUNE:


Star Wars si consideras que esta no es lo suficientemente inteligente para ti. Acepto que el señor Villenueve me quiera vender Dune por partes como unos fascículos de Planeta DeAgostini (nunca mejor dicho), pero se hacen pesados si cada uno tiene que durar, como poco, 160 minutos. Todo muy bonito y muy trabajado en una película donde te desenganchas poco a poco (y eso que el principio resulta bastante convincente) y que, a media hora de que esta acabe, ya estás todo lo incómodo posible en tu butaca. Y no es que sea mala, es que acaba queriendo abarcar más de lo que debería. Al menos sirve para consolidar a Timothée Chalamet como actor dramático.

WEST SIDE STORY:


¿Alguna vez he comentado que odio los musicales? Resulta que se me hace difícil seguir una película en la que de repente cantan en medio de una conversación normal, y viceversa. No es la excepción, aunque si lo es en el término "odiar": con las nuevas técnicas cinematográficas y el respaldo de una carrera de casi medio siglo Spielberg compone un mosaico bailarín donde los baches son escasos y que resulta un entretenimiento de fábula. Se trata de otro remake, tal vez algo más útil al poner en bandeja un colorido y un montaje novedoso, que hacen fluir a la película mucho mejor que su original. Además, se vale de unas interpretaciones sólidas y versátiles, que se disfrutan mucho en su versión original. Pero, personalmente, no me parece digna de ser considerada la mejor película del año. No es nueva, no es atrevida y tampoco es un logro excesivamente difícil para un señor de la talla de Spielberg. No conmueve tanto como debería (no deja de ser una historia de amor tradicional), aunque su pizca de humor si que es efectiva.

NO MIRES ARRIBA:


Con el permiso de Spider-man: No way home esta bien puede ser la película del año. McKay ha sido astuto y ha sabido estrenar un polémico film en un momento polémico del siglo XXI: pandemia, protestas a nivel mundial, régimen de lo políticamente correcto... La obra coral en la que sobran la mitad de sus intérpretes ha absorbido como una esponja todas las heces humanas que se llevan años amontonando en las redes sociales y las ha escupido con muy poco tacto y escasa credibilidad (¿DiCaprio casado con una mujer de su edad?), pero de una forma curiosa y, al menos, entretenida. En sí, creo que es una película lo suficientemente polémica como para reflexionar un mínimo y merecer entrar a pies juntillas en esta edición de los Óscars. Y aunque a algunos no les hizo ni pizca de gracia, yo me reí lo suficiente como para considerarla una comedia.

DRIVE MY CAR:


Tras el éxito en 2019 de Parásitos llega Parásitos 2: Ahora en la carretera. Nadie pone en duda el valor del cine asiático, pero forzar así las cosas no les hace ningún bien. La Academia tiene que saber ponerse límites y al igual que no puede premiar bodrios tampoco puede premiar filmes tan escasamente influyentes como lo es este. Seamos sinceros, son tres horas de duelo a la japonesa. Los primeros cuarenta minutos son brillantes, pero el chicle se extiende hasta el soponcio y lo abusivo. Sus interpretaciones son magistrales, pero su alcance no es para todos, y una película que opta al Óscar debería apostar por un alcance mayor. A propósito, ¿no es muy sosa? Como que a parte de lenta y larga es, eso, sosa. No tiene demasiada gracia en los planos ni en su desarrollo narrativo, además de ese inusual comportamiento japonés de admitir crímenes con toda la pasividad que puede conllevar la situación. Sencillamente no daba crédito.

EL PODER DEL PERRO:


Cuando las cosas se hacen bien se notan, y punto en boca. Muchos han restado valor a la más factible ganadora del Óscar, tildándola de lenta y fría. Bueno, no diré que me haya encantado, pero entiendo la cocción a fuego lento de Jane Campion, y me parece muy acertada para el desenlace. ¿Podría haber sido mejor? Sí, indudablemente, pero en esta ocasión se trata más de una distancia personal con la directora que una crítica a la yugular: no conecto con el estilo de Campion, pero entiendo sus fluctuaciones, su devenir y su trabajo. Realmente es una de esas películas que deben verse un par de veces más, fundamentalmente para entrar en el juego de la autora. No es una fábula barata y complaciente como lo fue Nomadland, sino que supone una película verdaderamente buena. Joder, ¿podemos hablar de la actuación magistral que se marca Benedict Cumberbatch?

LICORICE PIZZA:


No es Pozos de ambición, ni El hilo invisible, ni Magnolia... Pero es Paul Thomas Anderson y eso se nota. Dentro del apartado de "películas menores de PTA" esta encabezaría la lista. Y menores significa "menos magistrales". El principal problema es una gran ruptura del ritmo a la mitad de la película, donde entran muy forzosamente varios actores de renombre a intentar guiarla de una manera incorrecta, siendo mucho mejor llevada en su primera parte por los jóvenes Hoffman y Haim que cuando son lastrados por Penn y Cooper. Con todo, ese fallo rítmico no impide un disfrute total de un espectáculo tierno y gozoso de la adolescencia cuando uno se podía permitir ser adolescente, es decir, querer ser adulto con la inocencia de no saber que significa eso. Una hermosa fábula a todo color y con una banda sonora espectacular, que encaja muy bien con los inauditos momentos Anderson que son ya marca de la casa.

CODA:


No es en absoluto mala, pero como muchas de las películas de esta lista se queda muy lejos de lo que uno podría esperarse en las nominaciones a los Óscars. En una película complaciente, cercana y emotiva, innecesaria también (es un remake de una película del 2012...), pero que sabe moverse bien en su terreno. Un melodrama sólido, con unas interpretaciones francamente buenas y tiernas (no me sorprendería para nada el Óscar a Troy Kutsur, y eso sí sería inclusión), que son el principal sustento de la película. A excepción de alguna escena muy curiosa (aunque desconozco si beben directamente del film original) es un trabajo sencillo y escasamente trascendente, pero que puede solucionar un plan de sábado noche.

BELFAST:


Vale, lo confieso, me cae muy bien Kenneth Branagh, por lo que me vi muy predispuesto al ir a ver su melodrama autobiográfico. Pero que quieren que les diga, realmente es la que más me ha convencido hasta el momento de llevarse el Óscar a casa: un guión dentro de los cánones clásicos pero que trata con lujo tanto el drama como la comedia, con unas interpretaciones soberbias (atención Balfe y Dornan), una preciosa puesta en escena, una fotografía pulida y una banda sonora embriagadora. No inventa nada nuevo, pero lo que ofrece lo eleva a la enésima potencia. Y, joder, lo que más me emociona: ¡No dura dos horas y media! Por fin una historia contada en un tiempo decente que sabe que más no implica mejor. Definitivamente mi apuesta para el Óscar 2022. Aguante Kenneth Branagh, te quiero mucho.

EL MÉTODO WILLIAMS:


A los de la Academia se les ha colado un telefilm.

Atte: Pibón del Barroco.

Un cordial saludo.




miércoles, 31 de marzo de 2021

IVÁN EL TERRIBLE: El díptico cumbre del cine soviético


Es extremadamente difícil hablar sobre una película como esta. Primero, porque no es una película, si no dos (y casi tres), pero que se obligan a ver casi de seguidas. Y segundo, porque es un referente de la cinematografía universal, de obligado visionado a todo aquel que tenga ganas de salir del cine actual/reciente, del cine tópico o de las americanadas que llevan inundando nuestras carteleras desde los años 50, con lo cuál es extremadamente difícil no caer en la blasfemia al intentar comentar (más que analizar) una inmensidad de film como este, en la que no hay nada sin querer, en la que todo está ordenado y matizado, en la búsqueda de transmitir al espectador mil sensaciones, de crear una película grandiosa más en su cubierta que en su interior, de crear un mito, un referente: de forjar una nación.



No sé si lo sabéis, pero soy aprendiz de historiador. Y para hablar de películas como esta, es necesario hacer una panorámica a todo cuanto pasó a su alrededor, porque si de algo se caracterizaron las películas soviéticas es por nacer de la voluntad general, y no de la voluntad de todos.

El cine soviético ganó fuerza tras la Revolución de Octubre de 1917, promovida por Vladimir Lenin y que fue un golpe en toda la mesa de la historia mundial. El éxito de la revolución llegó a su clímax con la formación de la URSS, el primer estado socialista de la historia, que rápidamente se radicalizó: todo aquel en contra del régimen (como en cualquier dictadura) era quitado de en medio en un abrir y cerrar de ojos. Pronto se instauró un estado del terror que duró ochenta años, hasta su disolución en 1991, aunque es justo decir que tras la muerte de Stalin, dirigente estrella de la URSS hasta su muerte en 1955, el país suavizó sus métodos de captación de fieles. Y es que, si hubo algo que se aprendió de la Revolución Rusa, es que a las masas se las podía convencer mejor que al individuo, y que se podía acceder a estas gracias a los medios de comunicación, y por supuesto, al arte: la propaganda (que dio sus primeras pinceladas durante la Revolución Francesa, 1789) saltó del papel a la pantalla, pues ofrecía muchísimas más ventajas, como agrupar a más personas o ser mucho más eficaz para llegar a estas, pues no era necesario leer. En este aspecto, muchos cineastas se lanzaron al servicio del estado, pues habían luchado en la Guerra Civil Rusa (1917-1923) del bando vencedor, y aplicaron innovadoras técnicas para, no solo crear obras maestras de la propaganda, si no increíbles películas en su forma que han logrado inmortalizarse y que incluso a día de hoy siguen generando debate. La que tocamos hoy es, probablemente, la obra cumbre de este cine: Iván el Terrible, partes I, II y III.


Iván el Terrible fue el primero de los zares rusos. Durante el siglo XVI se consolidaron en Europa los estados modernos, es decir, monarquías hereditarias que unificaban territorios comunes bajo un mismo poder, y que sometían a la nobleza y el clero a sus órdenes. Así lo hicieron, por ejemplo, los Reyes Católicos en España o Francisco I en Francia. En el caso ruso, con Iván IV se logró la consolidación del poder en la figura del zar, se institucionalizó el reino, se reformó el reino y las leyes y conquistó territorios en disputa. En definitiva, algo similar a lo que hicieron los bolcheviques tras la Revolución de Octubre, por lo que no era de extrañar que la figura del zar Iván IV les interesara tanto.

El caso es que Stalin "propuso" a Eisenstein rodar una película sobre dicho personaje a principios de los años cuarenta. No solo eso, si no que le dio vía libre para hacer varias. La primera, estrenada en 1944, fue un éxito absoluto y Stalin quedó encantado, lo que animó al cineasta a hacer la segunda parte. Cuando se la presentó al dictador en 1946, la censuró de inmediato por entender ciertos mensajes en cuanto al zar. Stalin no se equivocaba: se puede apreciar cierto símil entre el dictador y el padre de la Rusia moderna, pero de eso hablamos luego... 

El caso es que Stalin prohibió la realización de la tercera película, que ya estaba en producción. De esta solo se ha recuperado un fragmento que se estrenó en 1988, pero sus predecesoras las tenemos íntegras, y disponibles en alguna filmoteca de pago, como Filmin.


Eisenstein compuso dos partes (vamos a omitir la tercera por... Por no existir, básicamente) bien diferenciadas: la primera, predomina la narración, la espectacularidad y la historia en torno a Iván, mientras en la segunda importa más el Iván y sus pesquisas, pero afloja la narración en ese sentido y se vende a un montaje confuso.

Antes de nada, he de decir que son grandes películas en cuanto a su utilidad histórica y sus innovaciones técnico-visuales, pero que no recomendaría a nadie que no hubiese visto antes "El acorazado Potemkin" o incluso algo de cine alemán de los años 20. Son películas complejas, algo tediosas, en las que el entretenimiento no prima, pues son películas a merced de la propaganda y del cuento soviético, aunque yo siempre me pregunto en estos casos si este tipo de films entretenían como tal a los espectadores de su época. Supongo que sí, pero porque no había otra cosa.


Aún dentro de lo que cabe, Iván el Terrible I no llega a hacerte desconectar. No es la película idónea para un viernes por la noche pero se hace más visible que alguna de sus contemporáneas. El filme inicia con la coronación del Zar, y llega hasta su minuto 100 con el mismo ritmo y la misma evolución: es un repaso a los primeros años de reinado del Zar Iván, entre los que destaca el nacimiento de su hijo, la conquista de Kazán y otros territorios tártaros y sobre todo, su relación con Anastasia, su mujer, y las primeras pinceladas del deseo de los boyardos de expulsarle del trono. Narrativamente hablando, es estable, pero peca en la falta de explicaciones. A mí me gusta la historia y puedo entender ciertas cosas, pero cualquier otro espectador menos cultivado en este terreno se perderá según avance la historia, aunque me figuro que se escribió pensando en un público como el ruso, que ya conocía de sobra la historia de Iván bien fuese del boca a boca (tradición popular) o en la escuela para los pocos que pudieran ir, así que en ese sentido, la cinta no es criticable.

Ligado a la narración tenemos el montaje, muy acertado, que se ve supeditado a los numerosos juegos de luces de la escena. En ese sentido, Eisenstein era un maestro absoluto, que además era capaz de colocar símbolos en cualquier contexto, ya no para favorecer la narrativa, si no el discurso pro-Estalinista: la película equipara la subida al trono de Iván con la de Stalin, y se glorifica a ambos. En numerosas ocasiones el personaje central hace alusión al pueblo, es más, se atreve a decir que lo que hace lo hace por este, "por la causa", así como la inclusión en escena de elementos como ojos, bolas del mundo y otros símbolos de poder y divinidad. Incluso las sombras ensalzan al personaje de Iván. Es, en definitiva, un film propagandístico (que no se corta en ello además), pero que guarda cierto respeto por la figura real y las situaciones. Por cierto, es curioso el odio de Iván a los alemanes, justo cuando en la vida real los nazis se aproximaban a Stalingrado...

En cuanto al vestuario, diseño de producción y maquillaje y peluquería, es excelente en todos los sentidos. Digno de una producción de Hollywood, muy fiel y realista. El maquillaje de Iván va degradándose y oscureciéndose según el personaje se pervierte, incluso su ropaje cambia cuando al final de la primera parte asume que, o caen todos con él, o no caerá nadie. Curiosamente, de este vestuario está sacado el vestuario de NicePeter en el episodio de ERB "Alexandre the Great vs Ivan the terrible".


Sin embargo, lo que consigue el primer film se desinfla con el segundo: el material propagandístico se le va de las manos a Eisenstein, comparando a la burguesía rusa con los boyardos y centrando toda la trama en como Iván esquivó el complot. De igual manera, aunque la actuación de Cherkásov se vuelve sencillamente brillante, las analogías con Stalin hacen perder fuelle y mensaje a la cinta, por no hablar del desastroso montaje y las tediosas escenas en las que Iván no aparece.

Porque sí, son tediosas. Son teatrales pero incapaces de cautivar, y solo entorpecen una película que, en el mejor de los casos, vive su momento más brillante en los últimos veinte minutos. Y para más inri, pasa una cosa rarísima y es que hay un fragmento... a color. Desconozco el porqué, pero Eisenstein rodó toda la cena entre Iván y su primo Vladimir a color, lo cuál me desconcierta muchísimo. Supongo que para transmitir el calor y el placer que siente Vladimir una vez Iván le deja gobernar (maniobra falsa para que le maten y así comprobar sus certezas de un complot contra él), pero no lo veo necesario y encima rompe con la estética del film. A propósito, el montaje flaquea, también contribuye a la pesadez de la cinta y que sea más tediosa que su predecesora. Desconozco si Eisenstein murió dejando la película montada tal y como la conocemos, supongo que sí, de lo contrario, no tengo la menor idea de porqué rompió el patrón de la primera parte.

Como he dicho, lo mejor de esta película son sus últimos veinte minutos, así como el mantenimiento del simbolismo: lo más destacable es el suelo del rey de Polonia, que resulta ser un tablero de ajedrez, claro indicador de "la partida ya ha empezado", y el momento en el que Iván se autoproclama terrible, que rompe la cuarta pared. Sin embargo, esta película flaquea en comparación a su primera parte. Y luego, el fragmento superviviente de la tercera es algo pobre: un caballero cristiano se presenta a los servicios de un Iván ya enloquecido. Desconozco la orientación de la que quiso dotar a su tercer capítulo Eisenstein...


El díptico de Iván el Terrible es esencial en la historia del cine, y todos deberíamos verlo alguna vez en la vida: no solo es un complemento idóneo para estudiar la Dictadura Estalinista, el cine soviético o el estado moderno ruso, si no que para cualquier estudiante de cinematografía contiene decenas de recursos, ideas o inspiraciones. Además, la ambientación es extraordinaria y Cherkásov resulta estremecedor en un papel que le hará invencible al tiempo y al olvido. Es una lástima que la segunda parte baje la nota del dúo, pero todavía tiene cosas buenas y más pasable que muchas de las cintas de su época. Lejos de ser un entretenimiento palomitero, no son tan pesadas como puedan parecer, y aseguran, por lo menos, una tarde diferente, y poder fardar de cinéfilo con tus amigos...

Atte: Pibón del Barroco


jueves, 3 de septiembre de 2020

PIBÓN DEL BARROCO: El PATREON

 

 Hola barrokers. Hoy vengo a contaros algo sumamente importante, así que os pido que leaís hasta la última línea, por favor. Hoy vengo a hablaros de mi Patreon:

 ¿Qué te pasa Pibón? 

Bueno, yo estoy bien, pero tengo un problema: me está costando mucho arrancar. A ver, empiezo desde cero: yo quiero labrarme una carrera artística, paralela a mis estudios, y para eso lo mejor era YouTube. Siempre quise dedicarme a ese mundillo, y hace un par de años comencé. Como muchos sabéis, este 2020 está siendo de gran productividad para mí en el canal de YouTube, que está creciendo bastante bien. He realizado muchos doblajes, una película y pronto lanzaré más vídeos, pero resulta frustrante que todavía no haya llegado a más y más gente, y siga trabajando y trabajando pero me quede sin materiales y capital. Parece mentira, pero si en cada vídeo adquiero algo que necesito para darle más verosimilitud o que quede mejor al final gasto un dinero que yo tengo destinado a otros menesteres, sobretodo de mi vida privada. Disfruto con esto, sí, pero no quiero volver a pedir dinero para salir a cenar un día con mis amigos. Por eso es que me he creado cuenta en esta plataforma: Patreon. Aunque de momento pueda convalidar la carrera con mi vida, según las estadísticas pronto dejará de ser así, así que necesito otros medios para subvencionar mis obras.

¿Qué es Patreon?

Patreon es una plataforma que nació en EE.UU y mediante la cuál todos podemos ganar algo de dinerillo para (por lo menos eso dicen) subvencionar nuestras obras. Veréis, una vez entras a un perfil de Patreon verás que tiene varios "niveles", es decir, unas pestañas que, ahora viene lo mejor, si donas dinero te devuelven en material extra. A ver, ved la foto:

Ahi está. Podeís ver como hay tres niveles diferentes, cada uno con un precio. Una vez compras uno tienes a tu disposición todo lo que ese nivel contiene. Lo lógico es que cada nivel superior contenga lo del anterior más algo más. En definitiva, no donas, si no que compras material extra que el artista no va a subir a ningún lado salvo al Patreon. Más bien es un servicio como Netflix o Movistar, pues cada mes pagas por ver el nuevo material que suba el autor.

¿Como te subvenciono?

Muy sencillito: entras a Patreon con una cuenta, previamente creada en la plataforma o con tu Facebook o Google. Una vez dentro me buscas (o sigues el enlace que hay en este post), accedes a uno de los niveles que deseas subvencionarme y sigues los pasos: número de tarjeta, caducidad, etc.

Como tengo activado el pago por adelantado se os cobrará ahora, y ya tendréis acceso a todo lo que haya subido para vuestro nivel. El día 1 del SIGUIENTE MES y ya hasta que os deís de baja se os cobrará. Repito, a partir del segundo pago se os cobra siempre el 1 del SIGUIENTE MES. Yo el dinero lo retiro manualmente cuando desee, es decir, se va acumulando en mi Patreon y puedo retirarlo cuando quiera. Lo único malo es que no me estáis pagando el total que se indica (por ejemplo, pongo seis euros y aparecen ocho con cuarenta y siete), si no que un poco se va a impuestos y resstriciones bancarias. Bueno siempre me lo podeís dar en negro en persona, pero eso no tiene beneficios extra.

¿Y cuáles son los beneficios?

 Aunque aparecen en el Patreon, también os los pongo aquí. Hay tres niveles:

  • Nivel Goya: -Imágenes, traílers o clips en exclusiva de los próximos vídeos                               -Tu nombre aparecerá al final de cada vídeo.
  • Nivel Mercury: -Beneficios del "Nivel Goya" -Imágenes de entre bastidores: cómo se hizo, capturas de guión, anotaciones, etc... -Podrás votar en encuestas sobre lo que quieres ver en el futuro en mi canal, o para recopilar datos de mi audiencia
  •  Nivel Che: -Beneficios del "Nivel Goya" -Beneficios del "Nivel Mercury"
    -Vídeos extra, cómo toma falsas, escenas eliminadas o making offs que no verás en otro sitio.
    -Lo del arma es broma, pero podrás ponerte en contacto conmigo y decirme que quieres o no quieres ver en mi canal. Y tus sugerencias son las más importantes.

Como veis hay beneficios muy interesantes y muy guays. En un futuro si todo va bien tal vez haga más niveles o me acabe prostituyendo si todo va mal. No sé. Es cuestión de tiempo.

Por último...

  1.  Logicamente nadie, absolutamente nadie, está obligado a hacerlo.  Solo los que queráis verdaderamente apoyarme.
  2. No se devuelve el dinero, obviamente. Estoy ofreciendo un servicio, y vosotros a cambio me dais cash. Podeís daros de baja cuando queráis pero el dinero no se os reembolsa.
  3. Todo lo que gane aquí va para material de más y más vídeos, o para publicitarlos. Nada de lo ganado va a intervenir en mi vida personal. 

Así que esto es todo. Muchas muchas gracias por el apoyo y por leerme. Y coño, antes de que se me olvide, el enlace al patreon:

https://www.patreon.com/pibondelbarroco

bESITOs

miércoles, 12 de agosto de 2020

¿TELÉFONO ROJO? VOLAMOS HACÍA MOSCÚ: Una imperfecta (y larga) sátira

Nunca sé que contestar cuando me preguntan si me gusta Stanley Kubrick: lo cierto es que como director, como plasmador de imágenes y conceptos, haya sido de los más grandes. Sin embargo, nunca se desenvolvió del todo bien a la hora de contar historias. Ver una película de Kubrick es, inevitablemente, aburrirte a ratos, o si no durante todo el metraje. De hecho, si me preguntan, prefiero mil veces "Paths of Glory" o "Spartacus" que "The shinning" o "2001: A space odisey"; porque en las dos primeras hay historia: hay intención de contar algo sin irse por las ramas. En mi opinión, las otras dos son ejercicios visuales impresionantes pero que no ofrecen ni gancho ni entretenimiento. Y a medio camino de estas cuatro tenemos "Dr. Strangelove or: How I learned to stop worrying and love the bomb", considerada una de las mejores comedias de la historia. Hoy, vamos a analizar en que falla esta película para que, a mi parecer, sea una obra imperfecta.

Vamos a empezar por lo obvio y común cuando analizamos una película: explicar la trama. Y ojo, que como siempre, habrá spoilers. La película es, para empezar, una sátira de la Guerra Fría, rodada y estrenada en los peores años de esta. La historia nos habla de un hipotético ataque nuclear estadounidense a la Unión Soviética a raíz de un fallo (bueno, de un militar loco, vale) y tres puntos de vista de este: el primero, el del militar que ha ordenado el ataque, el segundo, el de un avión que carga dos bombas atómicas, que creen que el ataque es real y se disponen a llevarlo a cabo, y el tercero (y más interesante) el del presidente de los EE.UU intentando evitar el ataque, porque de lo contrario, los soviéticos responderían con un arma capaz de aniquilar a toda la humanidad. Aquí ya vemos una de las tantas genialidades de la película: narrar la historia desde tres puntos de vista, que suelen ser los puntos de vista de cualquier conflicto: quién lo ordena, quién lo lleva a cabo y quién intenta evitarlo. Sin embargo la genialidad radica en que los tres pertenecen al mismo bando, y cada cuál tiene sus bases y sus opiniones para creer que hacen lo correcto. A pesar de ello, lo que resulta una virtud del guión también es una lastra para la película.

 
De las tres historias mencionadas solo hay una que realmente merezca la pena y que pueda tildarse de divertida. Las otras dos son excedentes de metraje sin el suficiente humor y que solo resultan interesantes en sus momentos finales. Por ejemplo, la historia del militar que ordena el ataque y se atrinchera en su oficina junto a un oficial de la RAF es tediosa, sin ningún tipo de gancho y en la que prima la confusión escénica. Tal vez el momento más genuino es cuando el militar se suicida en el baño y su compañero (encarnado por Peter Sellers) le sigue hablando y dando ánimos. Igual de ocurrente es la escena en la que finalmente los militares toman el edificio y hacen de rehén al oficial de la RAF, pero este les convence de llamar al presidente, para lo que necesita monedas que, irónicamente, extraen de una máquina de Coca-Cola. Aunque es un desenlace genuino, no merece la pena los minutos perdidos en el segmento para llegar a tal conclusión. Igual de tediosas son las escenas de los militares en avión, que si bien cuentan con algunos chistes más de por medio no levantan nunca el vuelo (y nunca mejor dicho). A propósito, de esa historia nace la famosa imagen del vaquero sobre la bomba, otra genial sátira del maestro Kubrick:
 

Finalmente tenemos el segmento dedicado al debate sobre el ataque aéreo, protagonizado por Peter Sellers como el indoblable presidente de los EE.UU y coprotagonizado por Peter Sellers como el Dr. Strangelove, el asesor nazi del presidente, en otra brillante pullita de Kubrick. Es aquñi cuando mejor se desenvuelve la historia, entre diálogos claros y genuinos (brillantes las llamadas de teléfono al líder de la URSS, "Dimitri") y personajes estrambóticos, como el embajador ruso o el militar enamorado. Este segmento es una verdadera delicia cinematográfica, que además configura una atmósfera magistral en ese subsótano del pentágono, con una iluminación muy concentrada en los personajes.
Y es que en ese sentido creo que la película gana mucho: a estas alturas no hace falta decir que Kubrick dominaba la luz como pocos, pero el trabajo de sombras y siluetas que hace es magistral. En escenas con una clara iluminación no se vé ni una sombra de algo que no aparezca en pantalla. Al margen de eso, la fotografía y la dirección es soberbia, atendiendo más a planos cerrados, fijos y tomas largas, lo propio en una película casi al 100% compuesta por diálogos, pero resueltos con sencillez e ingenio, para introducirnos en la escena.


Concluyendo, me gustaría decir que esta película me ha encantado, pero no es así: como ya he resuelto, el film se me hace pesado (pese a su duración de hora y media), y los aspectos técnicos no compensan la pérdida de tiempo en gran parte de dos de sus tres historias, dónde la sátira pierde fuerza y el humor es escaso, y si lo hay, muy secundado por dar prioridad a diálogos vacíos y fuera de lugar. Destaco a Peter Sellers, que aún no siendo santo de mi devoción resulta toda la fuerza de la película. Reconozco las genialidades de la obra, pero no creo que todo, sumando, llegue a darnos un film redondo. A propósito, la sátira, presente en toda la película, no acaba de conformarse: ¿critica el exceso de puestos en la cadena de mando? ¿critica la falta de diálogo entre los políticos y las naciones? ¿o acaso todo un poco? En fin, con esta película dejé de preocuparme por las guerras y empecé a amar a los científicos nazis.
 
Atte: Pibón del Barroco

jueves, 30 de julio de 2020

DIEZ grandes ACTUACIONES que me cambiaron LA VIDA


Vale, lo admito: es un título bastante melodramático. Ninguna actuación ha valido tanto la pena para replantear y cambiar mi vida. Sin embargo, ha habido unas cuántas que han influido notoriamente en mi personalidad, en mis gustos, en mi forma de apreciar el mundo o incluso (sobretodo, más bien) en mis vídeos. Por supuesto, hoy os las traigo, para celebrar que llevo más de 600 votos en Filmaffinity (y no de cortometrajes, eh).
Huelga decir que, como cada día veo nuevas películas, series y otro material este top puede variar mucho de aquí a poco, pero lo que es la cúspide de este seguramente se mantenga. También cabe destacar que el top (que conformaré en esta ocasión solo por actuaciones de películas) lo van a conformar actuaciones fuera de las conocidas. Sí, todos coincidimos en que Marlon Brando en "The Godfathert", Robert DeNiro en "Rainning Bull" o Tom Hanks en "Forrest Gump" son grandes actuaciones merecedoras de pasar a la historia, pero ha habido otra serie de intérpretes y sus papeles que a mí, personalmente, me han marcado más. Por ende repito que este es un top muy personal: no digo que estas actuaciones sean las mejores de la historia ni mucho menos, pero sí mis favoritas, capaces de eclipsar para mí a los más renombrados personajes de la historia del cine. Dicho esto, vamos a empezar:

10
GILDEROY LOCKHART - Kenneth Branagh
(Harry Potter and the Chamber of Secrets-2002)


Aunque a muchos les cueste admitirlo, la saga de "Harry Potter" contine algunas de las mejores adaptaciones de personajes literarios a la gran pantalla: Severus Snape, Remus Lupin o Albus Dumbledore son claros ejemplos pero si hablamos de personajes que me han marcado ninguno se compara al excéntrico y popular Gilderoy Lockhart: ya he habaldo en varias ocasiones de mi admiración por este personaje, tanto en su versión literaria como audiovisual, en la que por cierto, gana muchísimo encarnado por el maravilloso Sir Kenneth Branagh. Un personaje oscuro y desternillante a partes iguales que funciona como perfecto arquetipo del pícaro en la literatura universal.

9
WALTER FINCH - Robin Williams
(Insomnia-2002)


También es conocido mi empeño en catapultar a Robin Williams como uno de os mejores intérpretes de la historia del cine. Entre sus papeles memorables recordamos "Good Will Hunting", "Dead Poets Society" o todas sus maravillas cómicas. Sin embargo hoy quiero recordarle por otro papel: el de escritor asesino en "Insomnia", la película más infravalorada de Christopher Nolan. No solo brilla cuando aparece solo en escena, si no que con el magistral Al Pacino conforma un tándem difícil de olvidar para quiénes hemos visto la película. Tras este papel le llegaría alguno más que trataba la psicopatía, pero nunca con la destreza en la que se desenvolvío en esta olvidada película.

8
TUCO - Eli Wallach
(Il buono, il brutto, il cattivo-1966)


En mi opinión, resulta injusto recordar el papel de Clint Eastwood cómo arquetipo del Spaghetti Western, cuando fue Eli Wallach con sus papeles de pícaro bandido el que mejor representaba la esencia de aquel subgénero. El la obra maestra de Sergio Leone (Il buono, il britto, il cattivo) la ecuación del trío protagonista se eleva a la maestría con el papel de Wallach, que aporta a la cinta los toques que la han hecho un clásico y un film indispensable, además de la máxima expresión del subgénero. Tal vez lo más puristas del cine la recuerden como un mero pasatiempo pero para mí, este western desenfadado es un obligado visionado para todo aquel que se considere cinéfilo.

7
MAX FISCHER - Jason Schwartzman
(Rushmore-1998)


Y yo siempre que veo esta delicia me pregunto: ¿porqué el cine no ha mantenido a Jason Schwartzman como uno de los mejores actores del cambio de siglo? Brillante comedia romántica del no menos brillante Wes Anderson, protagonizada por el antihéroe estudiantil mejor interpretado de la historia del cine. Schwartzman compone una actuación que ni los más grandes a su edad podrían haber equiparado. Lamentablemente el tiempo no ha sido justo ni con él ni con la película, pero por lo menos con Anderson siempre tendrá papeles asegurados. Ah, y va a salir en la cuarta temporada de Fargo, que no es poco.

6
LEE CHANDLER - Cassey Affleck
(Manchester by the Sea-2016)


Cuando ví esta película por primera vez recuerdo que me encantó; cuando la ví por segunda vez se me hizo algo más pesada (seguramente sea de los films que para verlos dos veces se necesiten muchos años de por medio), pero en ambas ocasiones la actuación de Cassey Affleck me dejó mudo: la interpretación del hombre que lo pierde todo y debe seguir luchando, no por él, si no por quiénes le necesitan, me dejó mudo. Justa merecedora del Óscar al mejor actor pero, ¿se mantendrá bien con el paso del tiempo?

5
CARLITOS BRIGANTE - Al Pacino
(Carlito´s way-1993)


Al Pacino, ¡cómo te queremos aquí! La decisión de colocar alguno de tus personajes ha sido casi imposible: entre ""Scent of a woman", "Dog days afternoon" y otras tantas casi no entrabas en el top, porque de lo contrario ocuparías todos los puestos. Sin embargo, he decidido optar por el personaje del gánster que desea retirarse, de la excelente "Carlito´s Way" de Brian de Palma. Una revisió mejorada y más filosófica de la archiconocida "Scarface" en la que Al PAcino brilla como nunca. A parte de él, Senn Penn y Penélope Ann Miller también brillan y la cinta está rodada con una precisión increíble (la escena final es una de las mejores cosas que he visto nunca) en la que es, posiblemente, la mejor película de De Palma.

4
HANS LANDA - Christoph Waltz
(Inglourious Basterds-2009)


Hoy un amigo me decía que estaba viendo "Inglourious Basterds" y que le encantaba por el uso de la violencia con la que se desenvuelve Tarantino: otro de los logros de este film es coger a un actor de telefilmes alemanes y darle un papel con el que se descubre a uno de los intérpretes del siglo, y uno de los mejores villanos de la historia del cine: el sádico coronel nazi Hans Landa, en una interpretación que resulta sublime. Contadas excepciones, Waltz no ha dado la talla en sus papeles posteriores, más bien fruto de las malas películas en las que ha escogido participar que por sus dotes actorales. Al menos le recordaremos como el hombre que nos hizo temer a quiénes llaman a nuestra puerta y piden un vaso de leche...

3
TONYA HARDING - Margot Robbie
(I´m Tonya-2017)


Cuando descubrí esta película y la historia de detrás tenía un relativo interés en cómo habría sido tratada filmicamente: aunque muchos critican el aporte de humor negro o el tono desenfadado de la historia, a mi parecer resultó todo un acierto, pues finalmente lo compensa con el drama más puro. ¿Y quién fue la encargada de protagonizar este intenso biopic? Pues una actriz traída de superproducciones, como la bazofia de remake de Tarzán o la archiconocida "Suicide Squad", sin embargo Margot dió la talla y nos condujo a los espectadores en una de las interpretaciones femeninas más brillantes de lo que llevamos de siglo, que merecía el Óscar que la sosaína Frances McDorman se llevó. Pero no te preocupes Margot: sigue en la línea de los biopics ("Bombshell", "Once upon a time... In Hollywood") y te llevarás el premio algún día.

2
REDMOND BARRY - Ryan O´Neal
(Barry Lyndon-1975)


Popular y desgraciado en la misma época, así fue Ryan O´Neal, del que ya poco se sabe. El actor protagonista de "Love Story" fue contratado para esta magnánime producción de Stanley Kubrick en 1975, y su interpretación divide a los críticos: para algunos, tediosa y fría. Para otros, entre los que me incluyo, emocionante, dolorosa y soberbia. O´Neal protagoniza con muchísimo acierto este drama ambientado en un mundo frío, en el que los sentimientos quedan por debajo de las armas, la riqueza o la posición social. Oh joder, algún día hablaré de porqué esta película es una obra de arte, lo prometo.

1
ANDY KAUFFMAN - Jim Carrey
(Man on the moon-1999)


Para muchos Jim Carrey haciendo de Jim Carrey, para mí la actuación más sincera, dolorosa y realista que he visto. A parte de un guión sensacional muy bien llevado por el difunto Milos Forman, esta película tiene el gran acierto de contar con Jim Carrey para interpretar al excéntrico cómico Andy Kauffman, es decir, un loco haciendo de otro loco. Pero lo que podría haber sido una oportunidad perdida o llevada al ridículo es todam una lección de cómo hasta la comedia más absurda puede convertirse en el mejor drama. Tanto se metió en el papel el Sr. Carrey que en ocasiones creía ser el propio Kauffman (en Netflix hay un documental que lo relata, con el testimonio del propio Jim). Con esta película muchos descubrimos que el humor no es adaptarse al espectador, si no justo lo contrario.

Y con esto termino. Otras muchas actuaciones se me han quedado en el tintero pero algún día las comentaré. Y ahora me voy que ha llegado visita.

Atte: Pibón del Barroco.

martes, 28 de julio de 2020

TRUE DETECTIVE I: Nada sorprendente en un soberbio drama


"True Detective I" suele encabezar (o forma parte de) las numerosas listas de las mejores series de la historia, lo cuál resulta un prodigio pues hablamos de una miniserie de ocho episodios que compite directamente con obras como "Game of Thrones", "The wire" o "Breaking Bad", obras que ya han trascendido la pantalla. Y digo "True Detective I" porque tengo entendido que sus secuelas dejan bastante que desear. La verdad es que no lo sé, pues si estoy hablando de la miniserie uno es debido a que solo he visto esta (de momento) y aún no he tenido tiempo de empezar sus secuelas, pero no es algo que ahora mismo me quite el sueño. Prefiero centrarme ahora en digerir y procesar lo que he visto en este excelente drama protagonizado por McConaughey y Harrelson, pero, sin embargo, carece de algo extraordinario que a mi parecer la puedan catapultar al olimpo de mis series favoritas.


"True Detective" es una de esas series de las que todo el mundo habló en su momento y habla cada vez que se estrena una nueva temporada. No es para menos, pues aunque a mí no me parezca sobresaliente comprendo los motivos que tienen algunos para tildarla así, y cualquiera que la vea apreciará el trabajo que hay en ella (y podrá darse cuenta de que no es un producto corriente). A propósito, "True Detective" no es un producto corriente: aunque contiene todos los elementos propios del género sabe llevarlos bien, conducirlos de forma eficaz y crear una historia que los explota hasta alcanzar lo brillante. Pero a su vez, carece de sorpresa, chispa o gancho alguno que permitan al espectador hablar de esta serie como algo único, y no nombrarla como otro producto heredero de "Seven (1995)" o "The silence of the lambs (1991)". He ahí mi idea de producto no corriente. Pero antes de meternos en materia, hablemos de que va esta vaina:


"True Detective" cuenta, a enormes rasgos, la historia de dos policía opuestos (recurso ya sobreexplotado) que investigan un asesinato en Louisiana, y tirando tirando dan con crímenes similares hasta desenmascarar una red completa de asesinatos religiosos y con tintes de pedofilia. Parece sorprendente pero realmente no lo es. La trama de un complot de las altas esferas, abusos a niños y ritos satánicos aunque no es lo más habitual en el cine criminal no deja de ser un recurso usado. Aún así, todo eso no es más que el primer vistazo a una serie que habla de algo más: habla del ser humano. De porqué somos como somos, de porqué necesitamos la religión o la familia para no desmoronarnos (o para caer aún más bajo), de la venganza, el reflejo de nuestra vida en lo que acontece a nuestro alrededor... "True Detective" en ese sentido es un portentoso drama con una filosofía muy clara que no será apto para todos. Si bien la investigación se come la mayor parte de la pantalla, la serie se mantiene por esas cuestiones y entablar la ya muy vista relación de policías opuestos en todo su esplendor, llevándola al límite y hablando de lo que nadie se atreve a hablar. En cuánto a eso tenemos un producto excelente. Tal vez se cocine muy lento (los tres primeros episodios son cartas blancas en cuánto a la trama formal de la serie), pero es lo necesario para dotar a sus protagonistas de sentido en este viaje, en el que intentarán descubrirse a sí mismos y entender porque actúan como actúan, tanto fuera como dentro de su trabajo.


Obviamente todo esto se derrumbaría si los protagonistas no estuviesen a la altura de McConaughey y Harrelson, que saben exprimir al 100% a sus personajes y conformar un tándem perfecto. El resto de actores también aportan gran verosimilitud a la serie, pero nada destacable a las actuaciones de los protagonistas. A propósito, la serie carece de un único villano tal cuál, ya que se mueve en toda una red de complots y enemigos, por lo que en ese sentido resulta difícil determinar qué o quién es el verdadero enemigo de nuestros protagonistas (si obviamos el "ellos mismos"). Tal vez, en el asunto criminal, la gracia esté en que sea tan grande, tan difícil de controlar: se enfrentan a un enemigo encubierto por el sistema, algo tan inmenso como aterrador qué, por supuesto, no esclarecen al final.
La cuestión es que (y ahora vienen spoilers) aparte de carecer de gracia o sorpresa, la serie no concluye bien con el crimen iniciado. Se pierde demasiado en nombres, lugares y fechas y resulta casi imposible seguir el ritmo de pistas que los protagonistas inician. Algunos episodios me quedaba en blanco por la acumulación  de datos y preguntas que tenía que, por supuesto, no se cierran al final de la serie. Si bien puede ser una táctica, también puede ser una frustración para el espectador y un signo de que el guión claramente es débil y se pierde continuamente. Al final solo me quedó claro que el malo que quedaba vivo era el hijo de un pariente de una familia importante que hacía ritos esclavistas, o algo así. No sé. No lo entendí bien: ¿acaso no sabían que los de asuntos internos les tendían una trampa?
Así como tampoco entiendo como el personaje de McConaughey le da por reabrir el caso en 2002: ¿por lo que le dice un colgado que se suicida? ¿cómo da con la historia de ese hombre? O me he perdido algo, o está todo metido con pies juntillas o muy subliminal. Tal vez tenga que volver a verla porque de verdad, hay muchos detalles que se me escapan.
Es destacable decir que la historia se narra de forma muy "tarantinesca", ya que no es hasta el penúltimo capítulo cuando se narra linealmente, si no que ambos detectives son entrevistados por otros dos sobre el crimen con el que inician la serie, por lo que si sabemos del pasado es mediante flashbacks de los recuerdos de los protagonistas (tanto los detectives como otros personajes): de por sí el primer capítulo es una sucesión de flashbacks entremezclados, pero esta estructura finaliza ahí, ya que en varios capítulos más se narra solo con flashbacks sin necesidad de mezclarlos. Es un recurso muy inteligente y muy bien jugado, aportando verosimilitud a la serie y dándole muchísima más dignidad al guión.


La serie llega a su final cuando los detectives logran encontrar al hombre que han descrito todas las víctimas de los rituales o personas relacionadas: un monstruo obeso con cicatrices en la cara. En el climax, los detectives llegan a una casucha sureña y le persiguen por una red de túneles y cavidades, y le venzen en un forcejeo en el que resultan notablemente heridos nuestros protagonistas (el malo muere, eso sí). Tras ello, nuestros héroes aparecen en el hospital, dónde parecen reconciliarse entre ellos y con su pasado. Muchos criticaron este final de anticlimático pero en mi opinión logra todo lo que se proponía al inicio: dotar de un final justo (que no feliz, aunque lo sea) a sus protagonistas. Iugal de válido hubiese sido que muriesen ambos en el forcejeo, pero de esta forma por lo menos les vemos en una de las escenas más íntimas de la serie, en la que McConaughey brilla al hablar de lo que creyó ver en el forcejeo.


Finalmente destacar la atrevida dirección (el plano secuencia del episodio cuatro es es-pec-ta-cu-lar), la buena fotografía, a la que acompaña un diseño de producción escalofriante. En el sentido técnico la serie es magistral, y eso la sube un poco la nota: todo crea una atmósfera increíble, axfisiante y macabra. Mención aparte a la banda sonora y los créditos inciales, de lo mejor que he visto nunca.
Pero vayamos concluyendo: "True Detective" no es un mala serie en absoluto. Es muy buena. Lamentablemente creo que se podría haber centrado más y ceder un poco a los espectadores: esclarecer un poco la trama criminal y hacer los primeros capítulos más ligeros (lo más pesado debería ir siempre al final en cuánto a las series). Para mí es una serie notable, que maneja excelentemente el drama pero no tanto el crimen, que se eleva con sus actuaciones principales y su acertada dirección. Tal vez ese sea el problema de sus secuelas: la falta de gracia de sus protagonistas y no tener a Cary Joji Fukunaga dirigiendo. Habrá que verlas para juzgarlas, pero de momento a reflexionar esta.

Atte: Pibón del Barroco.